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Entrevista a Denis Redonnet: «Estamos trabajando para eliminar el bloqueo económico de Argelia»

Entrevista al Alto Responsable de la Aplicación de la Política Comercial de la Unión Europea, uno de los principales responsables de la política comercial de la Unión Europea, quien detalla en Castellón cómo afecta la política mundial a las relaciones económicas

14.02.2023 08:53

La cerámica de Turquía y la India tendrá aranceles por prácticas de dumping, y en China se estudia la prórroga. ¿Por qué esos procesos son tan largos desde que se detectan hasta que se aplican?

Estas medidas requieren una base jurídica sólida y medidas que resistan la impugnación. Pero hemos modernizado los instrumentos y hemos reducido los plazos en un máximo de 14 meses. Hemos acortado los tiempos, y lo hacemos sobre la base de las denuncias, por lo que es muy importante que la industria actúe.

En Turquía y la India las medidas son por cinco años. ¿Se contempla prorrogarlas cuando llegue el momento, como en China?Cada cinco años llevamos a cabo una revisión de vencimiento. Muy a menudo, si nos fijamos en el historial, prorrogamos las medidas más allá de esos cinco años. ¿Por qué? Porque algunas de las distorsiones estructurales que contrarrestamos a través de estos instrumentos siguen, así que, cuando persiste el riesgo de dumping, mantenemos las medidas en vigor.

Por otro lado, hay países que ponen trabas a las exportaciones de azulejo español. ¿Qué puede hacer la Unión Europea para resolver este problema?

Apoyamos a la industria cuando se enfrenta a investigaciones de defensa comercial en países terceros, que amenazan con bloquear sus exportaciones si tenemos razones para creer que los procedimientos son infundados. En algunos casos, llegamos incluso a defender los intereses de la industria frente a medidas ilegítimas de defensa comercial de países terceros con impugnaciones.

¿Son estas trabas comerciales un enemigo de la globalización?

Vemos que hay tensiones geopolíticas que se convierten a su vez en tensiones económicas. Hemos visto que el fenómeno de la militarización de los vínculos comerciales y de inversión es una realidad a la que nosotros, como Europa, tenemos que adaptarnos. Desde la Comisión hemos propuesto que la UE se dote de un instrumento jurídico para luchar contra la coerción económica por parte de los países emergentes, de modo que estamos equipando a la Unión Europea para navegar por este mundo y defender nuestros intereses.

La cerámica en España y en Italia sufre por los costes de la energía. ¿Cuál es el papel de la Unión Europea para ayudarla?

No es la política que puede abordar por sí sola todas estas cuestiones de competitividad industrial. En estos momentos, la Unión se centra en cómo proteger y preservar la base industrial y la competitividad de toda la Unión. Sobre su pregunta, que afecta en particular a las industrias que consumen grandes cantidades de energía, entre ellas la industria cerámica, los estados empezaron a tomar una serie de medidas, en particular desde la conmoción que supuso la invasión rusa de Ucrania, y en la primavera del año pasado la Comisión presentó el paquete Repower You para empezar a abordar la combinación y diversificación energéticas. A finales del año pasado presentó otras medidas de emergencia en relación con la electricidad y el gas, y está ampliando esa respuesta a través del nuevo plan industrial Green Deal que la presidenta Von Der Leyen y la Comisión Europea han adoptado y presentado de hecho a los líderes de la UE.

Una queja de los empresarios son las tasas medioambientales que aplica la UE, pero no otras zonas del mundo. ¿Debería plantearse una retirada temporal para evitar perder competitividad?

Creo que hay que tener ambición, sobre todo para luchar contra el cambio climático y descarbonizarse y para eso hay medidas que tienen que ver con fijar el precio a las emisiones. Es inevitable, forma parte de la respuesta al cambio climático. Lo que creemos que debemos hacer es nivelar el terreno de juego en este ámbito y conseguir que más países de todo el mundo aumenten su nivel de ambición en términos de la sostenibilidad del modelo económico en general. En algunos casos, tenemos que adoptar mecanismos para hacer frente a problemas específicos, en particular el problema de la fuga de carbono, que la UE está abordando mediante la introducción de medidas de ajuste en la frontera del carbono que entrarán en vigor en 2026.

La Comunitat también exporta muchos cítricos, con estrictas normas de producción que no se aplican a las importaciones de fuera. ¿No es un contrasentido que afecta a la producción propia?

No es el caso a partir del momento en que decidimos, por buenas razones, adoptar una serie de normas fitosanitarias. Los productos importados y que circulan dentro de la Unión Europea tienen que cumplir las mismas normas, por lo que entonces se convierte en una cuestión de aplicar y hacer cumplir estas reglas. Esto a veces resulta difícil para países terceros, que se quejan de que el acceso a nuestro mercado es difícil debido a las estrictas normas que tenemos. Probablemente tengamos que trabajar con esos países para asegurarnos de que realmente pueden cumplir nuestras normas. La solución no es que nosotros bajemos el nivel de exigencia, sino que los demás lo suban.

Un logro fue el tratamiento en frío para la naranja de Sudáfrica. ¿Podría ampliarse la medida?

Es una medida fuerte, y eso se manifiesta porque Sudáfrica encuentra muy difícil cumplir la medida. Ha iniciado un litigio contra la Unión Europea en relación con esto, lo que demuestra que se trata de una medida enérgica que corresponde, una vez más, a las decisiones sobre el nivel de protección que desea para consumidores y productores.

La política comercial se ha convertido en una arma de guerra, con las sanciones a Rusia. ¿Qué sensación le produce eso?

No es una realidad que nosotros, desde la Unión Europea, estemos promoviendo, sino una realidad a la que tenemos que ser capaces de responder cuando nos enfrentamos a ello. Es una respuesta a una violación fundamental del derecho internacional y a una grave amenaza existencial para Ucrania y para la Unión Europea, y por tanto justifican las sanciones amplias, profundas y unificadas que hemos adoptado contra Rusia.

Argelia bloquea el comercio con España. ¿Europa tiene capacidad para levantar estas barreras?

Estamos trabajando estrechamente con las autoridades españolas de la Comisión Europea, en primer lugar, para definir cómo desplegamos una representación diplomática vis a vis en Argelia. Estas medidas preocupan, no solo en España, sino en la UE porque afectan a la política comercial común. Son una coerción económica y nos comprometeremos ante las autoridades argelinas para asegurar que estas medidas sean enfrentadas y eliminadas.

Ya han pasado más de seis meses. ¿No es demasiado tiempo para dar con esta solución?

Es un tema muy preocupante, pero al mismo tiempo muy complejo, que tiene una dimensión tanto comercial como política. La resolución de estas cuestiones lleva tiempo, ya sea a través de sentencias o la diplomacia.

La Comunitat Valenciana va a fabricar coches eléctricos. ¿Puede que en el futuro se den distorsiones en el mercado internacional como los que ocurren con la cerámica o los cítricos?

Si vemos que las subvenciones de otras jurisdicciones distorsionan la competencia, la creación de instrumentos de defensa puede desempeñar un papel importante para contrarrestar distorsiones. Esto se hará siempre caso por caso. La política comercial es uno de los pilares del nuevo plan industrial Green Deal, tanto en la apertura de mercados para las industrias ecológicas como cuando sea necesario actuar para proteger el mercado nacional.