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El azulejo recicla 900.000 toneladas para crear energía

26.12.2017 09:45

Los procesos de fabricación de las baldosas cerámicas permiten la valorización en un porcentaje muy elevado de gran parte de los materiales que se generan en las fábricas castellonenses, que ya llega a representar el 20% de todos los desechos que se envían habitualmente a los vertederos industriales. Se trata, sobre todo, de lodos, suspensiones, testillo crudo y tiesto cocido. Este porcentaje representa el doble de la media que se da en el tejido productivo español, que apenas alcanza el 10%.

En la última década el sector azulejero ha llegado a quintuplicar su inversión en la búsqueda de sistemas que permitan ampliar la valorización de sus desechos, una actuación que ha posibilitado extender los aprovechamientos de los residuos para generar energía que, con posterioridad, se usa para los procesos productivos en las fábricas, según señalan fuentes del propio sector, que ponen el acento en la necesidad de que este esfuerzo inversor no se penalice fiscalmente, a tenor de la aprobación de la tasa impositiva que han planteado esta semana Les Corts Valencianes durante la aprobación de la ley de acompañamiento de los presupuestos del próximo año.

La valorización de los desechos de la cerámica roza las 900.000 toneladas anuales, según se desprende de los estudios que, sobre sostenibilidad ambiental, ha publicado la Asociación Española de Fabricantes de Azulejos y Pavimentos Cerámicos (Ascer), en cuyos informes se pone de manifiesto el «esfuerzo del sector en buscar fórmulas sostenibles que supongan una reducción del impacto medioambiental».

AVANCES ENERGÉTICOS

Estos avances se suman a aquellos ya más consolidados en materia energética, como es que ya casi el 100% del sector de los azulejos y pavimentos cerámicos use el gas natural como combustible o el uso generalizado de los sistemas de cogeneración, unas instalaciones que producen conjuntamente energía térmica y electricidad, lo que se consigue un rendimiento energético entre un 85-90%, frente a los usos tradicionales en los que el calor generado en el proceso no se aprovecha.

Desde Ascer se subraya que, si bien alcanzar «cero residuos» no es posible en un sector como este, sí se pone de manifiesto el esfuerzo inversor de las empresas para minimizar los impactos, reducir las cantidades generadas y valorizar los desechos para poder ser reutilizados en los procesos de producción. Se trata de un compromiso que se remonta ya al año 2002 tras la firma de un acuerdo voluntario con la Conselleria de Medio Ambiente de entonces, por la que se establecieron las bases para que el sector controlara de forma eficaz la cantidad de residuos generados y se apostara por la valorización.