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El azulejo, ante el reto de adaptarse a una sociedad 'mayor'

10.10.2017 10:37

Un estudio del Observatorio Cerámico del Instituto de Tecnología Cerámica (ITC) publicado esta semana ha puesto de manifiesto los cambios sociales que los fabricantes de materiales cerámicos deberán asumir para acomodar su producción a los cambios demográficos que se dan en los mercados tradicionales, con el objetivo de que dispongan de información actualizada acerca de las principales variables poblacionales y cómo éstas afectan a los diseños y estructuras de las edificaciones.

El estudio Demografía, Familia y Vivienda en España y en la UE de los 28, que cruza datos recogidos del INE y de Eurostat, pone de relieve los sustanciales cambios que se dan en una población que habita en los principales destinos de la cerámica castellonense, como es el entorno de la Europa comunitaria, destino de más de la mitad de las exportaciones españolas.

Del informe, para cuya elaboración se ha contado con el apoyo del Instituto Valenciano de Competitividad Empresarial (Ivace) y los fondos europeos Feder de Desarrollo Regional, se concluye que el creciente envejecimiento de la población llevará a nuevos conceptos arquitectónicos y entornos habitacionales que requieren de renovados ajustes de la oferta y la demanda; todo ello para atender a una población cuyo perfil demográfico abocará a profundos cambios.

NECESIDADES FUTURAS

Fruto de estos nuevos perfiles, el estudio contempla nuevas implicaciones para la cerámica, que deberá asumir un nuevo rol y estrategias de producto, además de estudiar pormenorizadamente las necesidades de los grupos de edad que predominarán en el futuro, junto a los distintos tipos de familias que configurarán los inmuebles y soportes de los productos cerámicos.

El estudio subraya que en las próximas décadas la población sufrirá un progresivo envejecimiento, con una mayoría de personas mayores, con un nivel de estudios más alto que el actual, que dispondrá de una mayor calidad y esperanza de vida, Además, destaca el fuerte incremento de los hogares unipersonales y de familias sin hijos en un fenómeno que se da tanto en España como en el resto de Europa.

Frente a estas circunstancias, el trabajo del ITC apuesta por acomodar la oferta a estas nuevas realidades y tomar muy en cuenta estas contingencias con el fin de asegurar y ampliar un mercado dirigido a estos nuevos perfiles, en los que destacará una mayor presencia de personas dependientes y con limitaciones severas, según las conclusiones de un estudio que insta a estar preparados para afrontar este reto.

En cuanto al hábitat, los datos reflejan, además, el incremento de población en los mayores núcleos urbanos españoles, con una arquitectura en bloque que contrasta con las evoluciones demográficas en el resto de Europa, donde la presión sobre las ciudades es menor y los entornos rurales mantienen sus habitantes.

Para los expertos consultados, la cerámica deberá adecuarse a estos escenarios con propuestas donde prevalezca la singularidad y donde cobrará cada vez más protagonismo la pretendida digitalización de los procesos productivos en el sector.

EN 2050 LOS MAYORES DE 65 AÑOS SERÁN EL 32%

De mantenerse la actual evolución demográfica, en 2050 el 32% de la población tendrá más de 65 años, cuando en la actualidad alcanza el 18%, según el estudio elaborado por el ITC, con el que se pretende describir un escenario que posibilite a las empresas cerámicas sopesar estrategias que permitan ofrecer soluciones innovadoras a las nuevas realidades sociales.

El informe sociológico se detiene en un envejecimiento progresivo que lleva a que la media de edad actual sea de 42 años, cuando en apenas dos décadas ésta alcanzará los 49, según las conclusiones de un trabajo que también habla de perfiles en cuanto a estudios referidos al nivel académico de los habitantes.

Así, se expone que mientras en la actualidad el 35,2% de los ciudadanos tiene estudios de educación secundaria y superior, en poco más de tres décadas este porcentaje alcanzará al 52,2%. Este dato es relevante por cuanto hace presagiar un avance en los aspectos tecnológicos y un cliente mucho más exigente con unos productos cerámicos que deberán dar respuesta a sus demandas, según explican algunos de los técnicos del sector consultados.

«Si el sector ha vivido y vive profundos cambios, no es nada con lo que nos espera», vaticinan las mismas fuentes. «Sin duda esta evolución social nos abocará a reformar conceptos, diseños y maneras de producir y comercializar», pero «también afectará en lo que concierne a unos aspectos laborales que, lógicamente, no pueden sustraerse de los cambios sociales que nos esperan», explican.

De momento el estudio ha puesto sobre la mesa un escenario para el que no da respuestas, pero sí avisa de que los cambios evolutivos conllevarán nuevas obligaciones.

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