Desconectar
Actualidad

bulthaup participa en el 25º aniversario de Casa Decor

17.05.2017 11:14

Casa Decor cumple años, en concreto 25, y la marca bulthaup no ha querido faltar a la cita para celebrarlo. Corría el año 1992 cuando un grupo de 43 decoradores decidió exponer sus ideas transformando un antiguo convento de la madrileña calle General Oraá. De entrada, la iniciativa sorprendió, aunque rápidamente captó la atención del público y los profesionales. Interioristas, arquitectos, diseñadores, artistas y paisajistas se convirtieron en incondicionales de este evento anual itinerante, que llenaba de propuestas nuevos edificios, edición tras edición… hasta llegar a la actual.

Para celebrar sus cinco lustros de historia, Casa Decor ha abierto sus puertas en el barrio de los Jerónimos, en la calle Antonio Maura 8, a apenas unos pasos del Parque del Retiro. El edificio de cuatro plantas no puede negar su filiación burguesa y novecentista: ladrillo rojo para la fachada, alternando con luminosas ventanas abalconadas, y un interior dominado por la calidez del parquet de pino melis, con el contrapunto de las estilizadas columnas de fundición. Hasta 67 espacios de este inmueble-escenario sirven como laboratorio de pruebas para los participantes del evento; allí nos desvelan su particular visión del interiorismo actual. La cita es obligada.

El factor tiempo es clave en Casa Decor: más que un proyecto de interiorismo, el desarrollo y la materialización de cada propuesta recuerdan más al rodaje de una película. Porque los espacios se asignan apenas un mes y medio antes de la inauguración, así que no hay un minuto que perder. Les sucedió a Alberto Porras e Ignacio Carrasco de bulthaup O’Donnell, cuando les adjudicaron su plató: dos estancias contiguas, una con balcón a la calle y otra interior, apenas divididas entre sí por dos gráciles columnas de hierro fundido. Después de la primera tormenta de ideas, tocó afinar, replantear, decidir… y ¡rodar!

El resultado de todo ese esfuerzo ha sido un espacio de serena armonía, un reducto sobrio y a la vez cálido y vivo. Un oasis de paz en el interior de un edificio que, durante los 40 días en que permanece abierto a los visitantes, puede resultar desbordante por la impresionante variedad e intensidad de los estímulos. En este espacio bulthaup, el gris del mobiliario b3 y del suelo de microcemento de la zona interior de la cocina ceden protagonismo a las maderas macizas del parquet y la barra de bar de la isla, y ni que decir tiene, a los nuevos bulthaup solitaires: mesa, banco y elemento de preparación. Para las paredes, en un claro guiño al carácter del edificio, los interioristas han dispuesto una alternancia de paneles murales b3 con molduras de líneas clásicas, confirmando la gran versatilidad de ambientes que es capaz de crear la firma bulthaup.

Contra este sereno y elegante telón de fondo en tonos grises y madera, cerca ya de la luz natural del balcón que da a la calle Antonio Maura, descubrimos a los protagonistas del proyecto bulthaup en esta edición de Casa Decor: los nuevos solitaires. Presentados aquí por primera vez en España, exhiben un acabado artesanal de extraordinaria destreza. En la mesa –la pieza central de esta nueva línea de mobiliario– el tablero de roble macizo de 5 cm de grosor queda encajado entre dos piezas metálicas que retoman el estilo del bastidor, fabricado en aluminio anodizado de color negro mate. Y como una mesa de semejante empaque exigía un debido acompañamiento, bulthaup ha concebido siguiendo los mismos criterios el banco solitaire, realizado en roble de excepcional calidad y recubierto de almohadillas de piel de vaca curtida y encerada, que no hacen más que ganar carácter con el tiempo. El mueble de preparación, por su parte, diseñado con idénticos materiales, es un elemento móvil de gran versatilidad: aquí le vemos montar guardia junto al balcón, encantado con su papel de mueble-bar.

El esfuerzo ha valido la pena. Tras seis intensas semanas de rodaje y edición, la comunidad bulthaup acude al estreno de este decorado que convence por la pureza de líneas, marca de la casa, y que en connivencia con el clasicismo del edificio-escenario, llena el espacio de vida y serenidad.