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Dos de cada tres empresas no tienen planes frente al 'brexit'

24.04.2018 09:06

Apenas falta un año para que el Reino Unido se marche de las instituciones de la Unión Europea. Su abandono definitivo del mercado único está previsto para un poco más tarde, después de diciembre del 2020. Un elevado porcentaje de empresas españolas tiene conexión, de un modo u otro, con el mercado británico y a pesar de la sacudida que para todas ellas supondrá la salida del Reino Unido de la Unión Europea, el 'brexit', tan solo una de cada tres declara estar preparándose ya frente a ello. 

Tan preocupante dato procede de un reciente estudio elaborado por la consultora KPMG a partir de una encuesta entre 2.000 directivos españoles. Otra encuesta, elaborada por las cámaras de comercio de la Unión Europea, pone de manifiesto que el 'brexit' figura como la última preocupación de las empresas no solo en España, sino también en la media de la Unión Europea. Solo el 3% de las empresas española perciben el 'brexit' como un condicionante previsible para su actividad en el 2018 (frente al 5% que así lo señalaban en el 2017).

El 'brexit' puede tener importantes consecuencias para las empresas españolas en sus áreas financiera, fiscal y legal, así como en sus modelos de negocio y cadenas de suministro, en sus relaciones comerciales y en la relación con sus empleados. De la encuesta elaborada por KPMG, destaca la proactividad del sector financiero, en el que más de la mitad (58%) de las empresas encuestadas ya tiene un plan de contingencia frente al 'brexit'. Otros sectores ágiles en su reacción han sido los de turismo (39%) y servicios profesionales (37%). 

Dejadez y brazos caídos
"De momento, las empresas españolas perciben que el 'brexit' les pilla un poco lejos todavía",  constata Raúl Mínguez, director del Servicio de Estudios de la Cámara de España.  Existe demasiada incertidumbre sobre cómo será la relación futura entre el Reino Unido y la Unión Europea y eso lleva a las empresas a no saber a qué adaptarse. A todo esto se añade la sensación de que aún queda por delante un tiempo transitorio largo (hasta diciembre del 2020) que podría serlo más largo aún si fuera necesario. "Las empresas están aún a la expectativa, a ver qué sucede y cuáles serán los plazos reales", resume Mínguez. 

La Comisión Europea también está preocupada por la relativa dejadez de las instituciones frente a la bola de nieve del 'brexit'. En un reciente informe del Comité Europeo de las Regiones, de mediados de marzo, se pone en evidencia que “menos de un tercio de las regiones de Europa han adoptado ya acciones frente al brexit”. Después de Irlanda, el informe señala a las regiones españolas entre las más expuestas a la salida del Reino Unido junto a otras de Alemania, Holanda, Bélgica, Italia.

La intensa caída de las exportaciones españolas a Reino Unido en el último año parece sugerir que la reacción de las empresas de España ante el brexit está adoptando un tono derrotista. Después de muchos años con un crecimiento de las ventas a Reino Unido por encima de la media, en el 2017 retrocedieron el 1,1% frente a una subida del 8,9% en las ventas al resto del mundo. Retrocedieron sobre todo las ventas de automoción, material de transporte y de frutas, hortalizas y legumbres.

Planes de contingencia
Frente a esta actitud de brazos caídos, desde las organizaciones empresariales y desde la propia Secretaría de Estado de Comercio se comparte el empeño de que las empresas españolas se preparen debidamente ante la nueva situación para convertir el Brexit en una oportunidad de negocio. "Soy optimista.  Existe la concienciación y estoy convencido de que las empresas españolas van a estar preparadas”, afirma Bernardo Aguilera, director de Economía y Asuntos Europeos de la patronal CEOE.

Para la CEOE, el escenario más plausible de la futura relación entre Reino Unido y la UE es el de una vía intermedia entre “que las cosas sigan igual” y que todo sea un desastre. Esa vía intermedia podría adoptar la forma de un acuerdo comercial entre ambas partes ventajoso, incluso algo más que el tratado sellado con Canadá, conocido como “CETA”, por eso se habla de un “CETA-Plus”.

Durante el periodo transitorio -entre el 30 de marzo del 2019 y el 31 de diciembre del 2020- seguirán vigentes las reglas del mercado único, con sus cuatro libertades de movimientos, de mercancías, capitales, personas y servicios. Pero también es cierto que, durante este tiempo, el Reino Unido ya podrá empezar sus futuros acuerdos comerciales con terceros países y esto es algo que podrá condicionar ya desde el año próximo las relaciones comerciales de la UE con el territorio británico, advierte Antonio Hernández, socio responsable de Estrategia Internacional y Brexit de KPMG en España. "Conviene anticiparse lo máximo posible y no esperar a que concluyan las negociaciones", aconseja Hernández.

Diferentes riesgos para cada sector
Que solo el 3% de las empresas españolas perciba el ‘brexit’ como un condicionante previsible para su actividad en el 2018 denota un nivel muy bajo de preocupación,  sobre todo si se tiene en cuenta la intensa relación económica entre España y el Reino Unido. 

El Reino Unido es el cuarto destino de las exportaciones españolas de mercancías y el principal destino de la inversión extranjera española, mientras que los británicos son los segundos mayores inversores en España. Empresas españolas como Banco Santander, Banc Sabadell, Telefónica, Iberdrola o Iberia obtienen buena parte de sus ingresos en Reino Unido.  España recibe millones de turistas de Reino Unido cada año y se considera que casi 300.000 británicos viven en España y que unos 200.000 españoles lo hacen allí. 

La encuesta elaborada por la consultora KPMG entre 2.000 directivos españoles revela que el posible frenazo de la economía británica que podría derivarse del ‘brexit’ preocupa sobre todo a los sectores españoles de Turismo y Ocio (71% de los encuestados), Financiero (68%) y Agroalimentario (50%). Las barreras arancelarias preocupan especialmente a los sectores Distribución y Consumo (85%), Automoción (79%), Agroalimentario (76%) e Industria y Química (67%). Por su parte, las consecuencias de los posibles cambios regulatorios preocupan de manera especial a los sectores Transporte (71%), Servicios profesionales (67%) y Financiero (62%). Finalmente, la depreciación de la libra es una cuestión destacada fundamentalmente por sectores como Infraestructuras, Construcción e Inmobiliario (73%) y Turismo (71%).

De cara a la preparación de planes preventivos ante el 'brexit', KPMG aconseja, en primer lugar,  cuantificar el impacto aduanero de los escenarios en los que podría desembocar el Brexit: desde el más optimista, sin aranceles pero con costes logísticos de despacho aduanero y financieros por retrasos en la devolución del IVA, al más pesimista, de un “no acuerdo”, que supondría añadir a los costes anteriores aranceles mayores. Desde la perspectiva legal, se aconseja la revisión de los contratos firmados. Otra de las cuestiones a tener en cuenta es el impacto potencial sobre el personal y talento.