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Restaurado un mural cerámico de Manolo Safont

15.04.2014 16:51

Un pueblo que no cuida su historia acaba convirtiéndose en un pueblo sin identidad. Es fundamental cuidar el legado de nuestros antepasados, nuestro patrimonio, para entender y aprender a querer nuestra tierra”. Con esas palabras se refirió el presidente de la Diputación de Castellón, Javier Moliner, al mural cerámico La Sagrada Familia del artista ondense ya fallecido Manolo Safont, que ayer presentó tras el trabajo de restauración que ha llevado a cabo el Servicio de Conservación y Restauración de la institución provincial. Moliner destacó en su intervención que “este magnífico mural es el más vivo ejemplo de que, después de haber recorrido los 135 municipios de Castellón, en cada en cada uno de ellos hay un museo por descubrir”.

Además de Moliner, asistieron el presidente de la Fundación Caja Castellón, Juan Manuel Aragonés; y el alcalde de Onda, Salvador Aguilella. También estuvieron presentes la teniente de alcalde de Cultura de Ayuntamiento de Onda, María Dolores Feliu García; el diputado provincial del Servicio de Restauración, José Pons; la jefa de la Sección de Cultura de la Diputación, Nuria Felip Esteve; y la directora del Servicio de Conservación, Carmen Pérez.

La Sagrada Familia es una pieza mural de cerámica de Manolo Safont, propiedad del Museu del Taulell de Onda. Está formada por pequeños azulejos que forman un mural de 3x2 metros, y data de 1963-1964. Esta obra forma parte de la exposición Magnificat. Nuevas metáforas de lo sagrado, que mostrará desde hoy y hasta el 31 de mayo, una selección de las creaciones culturales religiosas más destacadas del último siglo en nuestra provincia. Una muestra que los castellonenses podrán disfrutar como parte de las actividades programadas por el II Año Mariano por la Fundación Caja Castellón en la Sala San Miguel de la capital de La Plana.

El objetivo de la restauración ha sido la eliminación de los deterioros que afectaban la obra y la reintegración de las pérdidas de soporte que padecía el conjunto. En primer lugar, se eliminó el antiguo mortero que tenían adherido los azulejos por su reverso y se realizaron tratamientos de limpieza y neutralización de las piezas. Posteriormente, se llevó a cabo una reintegración tanto del soporte cerámico como el estucado de las zonas esmaltadas. Finalmente, se realizó el montaje, la reintegración cromática y se aplicó la capa de protección final.