Desconectar
Actualidad

Los accidentes laborales alcanzan en Castellón la peor cifra en 10 años

18.03.2019 10:58

Llucena, 7 de marzo. Un trabajador de 48 años fallece en una empresa cerámica tras caer de unos seis metros de altura. La Vall d’Uixó, 27 de febrero. Otro profesional, esta vez de 58 años, muere tras caer a una tolva de unos tres o cuatro metros. Y durante el último mes del 2018 las noticias no fueron mucho mejores: el 20 de diciembre, en Les Alqueries, un operario murió tras quedar atrapado por una máquina en un almacén citrícola. Apenas ocho días antes, en Onda, un empleado resultó herido grave tras caer de un torito mecánico. Suma y sigue. Porque en Castellón la siniestralidad laboral continúa en una preocupante senda ascendente. El año pasado se contabilizaron en la provincia la friolera de 6.896 accidentes de trabajo, casi un 7% más que en el 2017. Y lo más grave: 11 trabajadores perdieron la vida en el lugar donde debían ganársela, lo que representa un incremento del 57%. ¿Qué está pasando?

De los casi 6.900 siniestros laborales que se registraron el año pasado en la provincia (ahí no están incluidos los siniestros in itinere, al ir o volver del trabajo), la inmensa mayoría (el 99,3%) tuvieron un carácter leve, según los últimos datos del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social. Otros 37 (el 0,53%) fueron graves y el 0,15% tuvieron el peor de los desenlaces: la muerte de un trabajador. Y otro apunte más: los accidentes registrados en el 2018 ya suponen la cifra más alta desde hace diez años y suman cinco años consecutivos al alza.

Los accidentes siguen desbocados y la explicación más evidente está ligada a una mayor actividad económica. Parece lógico. Si hay más personas trabajando es normal que se produzcan más accidentes laborales. Sin embargo, el crecimiento del empleo no bastan para explicar el fuerte repunte de la siniestralidad. Y no lo hace porque, al menos en Castellón, el número de siniestros crece el doble que la cifra de trabajadores afiliados a la Seguridad Social. Un ejemplo: mientras que el número de cotizantes aumentó el año pasado un 3,30%, el de accidentes subió un 6,8%.

Cristina Moreno, directora general del Instituto Valenciano de Seguridad y Salud en el Trabajo (Invassat), reconoce que las cifras son preocupantes. «Está claro que detrás de estas cifras está el crecimiento económico y también el aumento de la precariedad», apunta al tiempo que recuerda que la Generalitat ha puesto en marcha una campaña para sensibilizar a la población sobre esta lacra y que se han intensificado las visitas a las empresas.

PEOR EN CASTELLÓN 

Pese a que el alza de la siniestralidad laboral es una tónica general en toda la Comunitat (en el conjunto del territorio valenciano se contabilizaron en el 2018 casi 48.2000 accidentes), en Castellón el crecimiento es todavía más alto. Así, mientras que en Alicante los siniestros subieron un 3,9% y en Valencia, un 4,7%, en Castellón el alza rozó el 7%. «La siniestralidad empezó a aumentar en el 2015, con los rectores que provocó la crisis económica. Y esa tijera afectó a la prevención», insiste la directora general del Invassat.

La siniestralidad laboral preocupa a la Administración y también a empresarios y sindicatos. Albert Fernández, responsable de Salud Laboral de CCOO en Castellón, insiste en que «ahora las plantillas son muy justas, hay muy poca inversión en prevención de los riesgos laborales y lo que también nos preocupa es el alza de los siniestros 'in itinere'», denuncia.

De todos los datos que deja la siniestralidad laboral, lo más dramáticos son los de las muertes. Los 11 trabajadores que fallecieron el año pasado en accidentes de trabajo suponen la cifra más alta desde el 2008, cuando murieron 12 trabajadores. «Los índices mortales son lamentables y, tras estudiar las causas, estamos llegando a la conclusión de que nos estamos relajando en los más básico. La mayoría de las muertes son por caídas en altura; lo mismo que sucedía en el siglo XIX», describe Cristina Moreno.

Los datos son los que son y, se pregunte a quien se pregunte, todo el mundo coincide en que hay que darle la vuelta a las cifras. ¿Cómo? Mediante la prevención. Es la clave. «Hay que inyectarnos en las venas la necesidad de una mayor cultura de la prevención. No hay otra opción posible», cuenta Cristina Moreno.

Los empresarios son de la misma opinión. Sebastián Pla, presidente de la Confederación Empresarial Valenciana (CEV) en Castellón, hacía un llamamiento hace muy pocas semanas, a la importancia de continuar promoviendo «políticas de excelencia en materia de seguridad y salud en el trabajo y apostar por la prevención como una inversión».