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Las alternativas al gas natural multiplican por cuatro la factura energética del azulejo

26.05.2021 09:05

Las acciones de las políticas energéticas que siguen las autoridades europeas y el Gobierno español van encaminadas a la disminución de las emisiones de CO2 a la atmósfera. La principal fecha marcada en este sentido es la del año 2030, cuando se tienen que reducir en un 55% las emisiones respecto a 1990. Será un paso muy importante para la sostenibilidad medioambiental, pero este objetivo también tiene en vilo a sectores productivos como la cerámica. Desde hace décadas, las líneas de producción adoptaron el gas natural como principal fuente de energía, lo que mantuvo la calidad del producto con unos costes inferiores. En cambio, las principales propuestas alternativas, como la electrificación supone multiplicar hasta por cuatro los costes energéticos de hoy en día.

Juan Vicente Bono, presidente de la Asociación Española de Fabricantes de Maquinaria y Bienes de Equipo para la Industria Cerámica (Asebec), indica que ya hay plantas piloto para fabricar azulejos mediante la electricidad. «Con ellas se cumplirían las exigencias de sostenibilidad que nos marcan desde Europa, pero las empresas no podrían ser sostenibles económicamente», comentó. Calcula que la factura energética, «con los costes actuales de la electricidad, se cuadriplicaría, y sería un retroceso para la industria», que en los últimos meses se ha reforzado como motor económico provincial.

Para esta sustitución de hornos «tendría que haber una rebaja significativa del precio de la electricidad, mediante una generación muy superior de energía fotovoltaica y eólica». Y, al mismo tiempo, recuerda que ahora mismo, «parte de la electricidad se genera con combustibles fósiles, por lo que la huella de carbono se mantiene de todas formas», comentó.

Renovación

A la espera de que se aclare el panorama del 2030, el clúster azulejero de Castellón mantiene un fuerte ritmo de inversiones, con el fin de atender a una cadencia de producción fuerte, especialmente para atender a las exportaciones, y también por la apuesta de los grupos que han ido creciendo en volumen con la compra de empresas, fruto del proceso de concentración. «Se instalan líneas de fabricación de mayor eficiencia, con menos consumo de gas y ajuste de costes, pero funcionan con gas, y los responsables de las compañías consideran que de aquí a la próxima década las inversiones estarán amortizadas», desgranó Juan Vicente Bono.

Flexibilidad

Ante esta situación, Ascer, de la mano de la patronal italiana Cofindustria, mueve ficha con la finalidad de que sus respectivos estados y la propia Unión Europea tengan en cuenta la situación de callejón sin salida en las que se encuentran. En el mes de marzo mantuvieron un encuentro telemático con los máximos dirigentes de la Comunitat Valenciana, Ximo Puig, y de la región italiana de Emilia-Romagna, Stefano Bonaccini, con el fin de consolidar un frente común. El pasado fin de semana, la Generalitat valenciana anunció que se han remitido escritos a las principales autoridades españolas, italianas y europeas, para solicitar una flexibilización de los plazos, hasta que las medidas de descarbonización del sector emprendidas por las empresas permitan mantener la competitividad ante los mercados extranjeros.

La principal línea de investigación que se sigue en este momento es, además de la electrificación, el uso del hidrógeno verde como combustible alternativo al gas natural. Diferentes consorcios y grupos empresariales apuestan por ello y han solicitado la colaboración de la Unión Europea mediante fondos de recuperación, pero el calendario es demasiado estricto..

El presidente de Ascer, Vicente Nomdedeu, también hizo referencia a este asunto en una reciente entrevista mantenida con este periódico. Mencionó que los cambios en la energía van a llegar, «pero hay que hacerlo cuando las novedades permitan que nuestros sectores permanezcan en el posicionamiento que tenemos en los mercados y no desaparezcamos». Muestra de la evolución del clúster azulejero de Castellón es la transformación de las empresas. «No hemos dejado de hacer cosas, y lo hemos hecho por iniciativa propia, sin normas de por medio», detalló. 

Unas empresas que apuestan por el autoconsumo con placas solares

Una muestra del movimiento que adoptan las compañías cerámicas es el creciente número de instalaciones de placas solares para autoconsumo, aprovechando los tejados de sus naves industriales. El Grupo Pamesa fue de los primeros en tomar esta medida en sus instalaciones de Onda. Posteriormente les siguieron otras industrias del ramo, como Ceracasa, Zschimmer & Schwarz o Porcelanosa, y la tendencia es seguir con esta dinámica, con el fin de aprovechar la reducción de costes de los paneles fotovoltaicos y su mayor eficiencia. Aún así, estas medidas aportan una reducción en la factura de luz, pero no tienen efecto en la producción.

La finalidad de esa energía generada es dar suministro a las áreas de oficinas y en todos aquellos procesos en los que se utiliza la electricidad. Pero con la actual tecnología no es posible tener tanta energía con las placas propias como para mantener el funcionamiento de los hornos y las atomizadoras.