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El azulejo cree que la bajada del IBI no dinamizará la rehabilitación

30.09.2015 08:41

El anuncio del ministro Montoro no gusta al sector azulejero. El Gobierno ha estrenado la semana anunciando, in extremis, que está dispuesto a rebajar hasta en un 20% el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) para aquellos propietarios de viviendas que lleven a cabo mejoras en materia de eficiencia energética. Lo hacía por la vía de una enmienda in extremis del PP a los Presupuestos Generales del Estado del 2016.

En la práctica no significa otra cosa que un nuevo incentivo a los planes de reformas y mejoras del parque español de viviendas, un incentivo para dinamizar un sector que no acaba de despegar y cuya dinamización tiraría de sectores de la economía, como el azulejo, entre otros. Sin embargo, el anuncio ha sido acogido de manera muy fría por los empresarios en Bolonia, donde estos días participan en la feria Cersaie.

Consultados porMediterráneo, consideran que la medida es absolutamente “electoralista” y “oportunista”, y lo peor de todo, es que “no va a servir para dinamizar el sector de la reforma en la construcción”, porque “no es lo que el sector necesita”, como ya ha quedado demostrado en el vigente Plan Nacional de Rehabilitación de Vivienda, que apenas ha calado entre los beneficiarios.

Y los primeros en posicionarse, a petición de este rotativo, ha sido la patronal de empresarios azulejeros Ascer, que ha sido rotunda: “Se trata de una medida potestativa cuyo éxito dependerá del grado de seguimiento por parte de los ayuntamientos y de la comunicación que hagan de las mismas”, ha declarado el presidente de los fabricantes de baldosas cerámicas, Isidro Zarzoso, para quien, “en todo caso, se trata de un incentivo muy menor que tendrá un impacto reducido en las decisiones de las familias sobre la reforma de sus viviendas, y menor aún será el impacto en el sector”.

Ascer vaticina que, “como mucho, el 20% de descuento puede suponer poco más de 150 €, una cantidad que ayuda a las familias en tiempos de dificultades, pero que no es un estímulo suficiente ni directo para apoyarlas en su decisión de reformar sus viviendas”.

De ahí que exija “medidas claras, sencillas y directas y con suficiente dotación presupuestaria para incentivar con éxito la reforma y rehabilitación de viviendas”. En la práctica, es una vuelta a reclamar un programa al estilo Plan PIVE de la automoción. Es decir, con ayudas directas, inteligibles por parte de los beneficiarios, rápidas en su gestión y en su cobro.

Un objetivo que, de materializarse, podría generar 2.500 empleos y 800 millones de negocio para el azulejo en España, justo ahora que empieza a remontar, aunque no despega (+3-4% de mejora).