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El azulejo ha experimentado en las últimas dos décadas una importante evolución a la hora de configurarse como un material de referencia para los arquitectos. Si antes su uso estaba restringido a la decoración de cocinas y baños, paulatinamente ha ido conquistando nuevas estancias y áreas hasta el punto de ocupar espacios preferenciales gracias a que conjuga en un mismo acabado propiedades mecánicas, técnicas y estéticas. Esta suma de características permite a las superficies cerámicas ser una solución constructiva al alza para su aprovechamiento en suelos, paredes, techos, mobiliario, piscinas, celosías, encimeras, puertas o fachadas.
Este tránsito del azulejo tradicional al contemporáneo se puede comprobar cada ejercicio en los trabajos reconocidos en la categoría de Arquitectura en los Premios Cerámica de Ascer. Este certamen ha reconocido a lo largo de su existencia a verdaderos iconos del diseño como el mercado de Santa Caterina de Barcelona, el paseo de Poniente de Benidorm o el Centro de investigación del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau.
Este año, el primer galardón de la convocatoria ha recaído en la Casa Ter, ubicada en Rupià (Girona), obra del estudio Mesura. En esta vivienda unifamiliar la cerámica se erige como hilo conductor entre los dos volúmenes de la casa y se extiende también a su patio, el porche y la zona exterior con piscina. En suma, el jurado ha valorado «el empleo del elemento de forma polifacética en todas las posiciones y usos, generando una riqueza muy contenida».
Los galardones también han visibilizado con una mención la denominada The Young Old House, de Enrique Espinosa & Lys Villalba, por «su apuesta por una utilización valiente de la cerámica con la aplicación de criterios de rehabilitación con el mismo rigor que en grandes obras, pero aplicados a una construcción vernácula y en un entorno rural», en concreto en la localidad madrileña de Cercedilla.
También brilla con luz propia la Casa Taller en el Cabañal (València), del Estudio Alberto Burgos y Teresa Carrau Carbonell, con una fachada de estilo vintage de gran belleza; la Conil Home Suite, de Kauh Arquitectura y Paisajismo, con una impactante celosía; o Loop Inn Hostel, en Cartagena, de Martín Lejárraga, con cerámica, incluso, en el techo.