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“El miedo nunca se va a ir del todo, pero volveré a México”

13.12.2013 09:36

"El miedo nunca se va a ir del todo, pero trataré de vencerlo y volveré a México”, aseguró en declaraciones a Efe el empresario cerámico de Castellón, víctima del secuestro virtual en el país, y liberado por la Guardia Civil en colaboración con las autoridades mexicanas.Fueron las primeras declaraciones que realizó el miércoles en Barajas, solo bajar del avión procedente de México, si bien su identidad está bajo secreto para garantizar su seguridad personal. Aun así, el empresario se mostró abierto a relatar su experiencia para evitar que otros empresarios, de los muchos que viajan de Castellón a este y otros 180 países, sean víctimas de esta modalidad de secuestro, aconsejándoles que si reciben una llamada sospechosa, cuelguen de inmediato.

Reconoce que sintió “mucho miedo y mucha angustia”. El pasado domingo cenó con un amigo en Monterrey y en torno a las 22.30 horas llegó a su hotel y se acostó, pero recibió una llamada en la habitación en la que le hacían saber que conocían su nombre y su identidad. Le comentaron que pertenecían a un grupo armado del Gobierno y que querían comprobar si había drogas o armas en el hotel. Confiaban, además, en que en la habitación no hubiera nada y que siguiera sus instrucciones o lo matarían. El interlocutor le pidió su número de móvil mexicano y, tras colgar, le llamó para que fuera a un supermercado para recargar el teléfono.

Como no aceptaban dólares, se dirigió a una gasolinera, donde tampoco se los aceptaron, por lo que le obligaron a coger un taxi hasta una casa de cambio, volver al supermercado y hacer varias recargas de dinero a números de móviles que los delincuentes le hicieron anotar. El empresario relata que le hicieron comprar un terminal mexicano y dirigirse en taxi a otro hotel donde la banda le había reservado una habitación a nombre de Matel. Siguió todas las instrucciones, convencido de que le vigilaban de cerca.

100.000 EUROS // Ya en la habitación, le llamaron al móvil recién comprado y le hicieron varias preguntas, informándole de que estaba secuestrado e iban a pedir un rescate. “Me obligaron a darles el número del responsable de mi empresa, contactaron con él y le exigieron 100.000 €”. Le dijeron también que tenía una hora para reunirlos y le darían instrucciones para enviarlo.

Hasta las 9 ó 9.30 horas le tuvieron en la habitación con el teléfono abierto para escuchar sus movimientos y hablarle. A esa hora, la Guardia Civil lo liberó.