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Los importadores de cerámica de Marruecos defienden a Castellón

11.11.2015 09:37

Los fabricantes de pavimentos y revestimientos cerámicos de Castellón han encontrado en el colectivo de importadores de azulejos de Marruecos a un gran aliado. Cuando el Gobierno del reino alauí acaba de hacer público que va a abrir una investigación contra España e Italia para dilucidar si las ventas que las dos potencias europeas realizan a Marruecos son por debajo de coste --lo que se conoce como dumping--, como publicó ayer Mediterráneo en exclusiva, los fabricantes locales y los importadores han abierto una guerra de declaraciones como consecuencia de sus posturas enfrentadas en este asunto.

Tal es la defensa cerrada que hacen de las prácticas comerciales que hacen los empresarios de Castellón, que la Asociación de Importadores de Cerámica de Marruecos (APISA), niegan cualquier tipo de competencia desleal y denuncian que la industria local de baldosas es “poco competitiva, altamente consumidora de recursos energéticos y sostenida por las ayudas indirectas del Estado”.

Las opiniones de APISA contrastan con las de sus colegas marroquís del sector de la fabricación de los recubrimientos cerámicos, APIC, que denuncian que los niveles de precios a los que las firmas de Castellón e Italia venden sus productos en el país norteafricano --Marruecos es el 10º país en el ránking de exportación para el Tile of Spain--, son una amenaza para el empleo: 5.000 puestos.

DESMENTIDO // Los importadores de cerámica representados en APISA replican que las acusaciones de APIC son “mentiras” que “solo buscan defender su actividad”, según un comunicado recogido por medios de Marruecos. El portavoz Youssef Belkaid denuncia que los fabricantes no aportan datos concretos, mientras que ellos, tirando de transparencia fiscal, defienden que sus 70 empresas emplean a 2.000 personas que pagan a Marruecos 60 millones de dirhams (DH) en el impuesto de sociedades, y 400 millones de DH en tasas.

También acusan a los fabricantes de Marruecos de baldosas de no ser competitivos y de no haber alcanzado los objetivos que prometieron de calidad y de orientación de su actividad comercial a la exportación, a pesar de que se beneficiaron de medidas de salvaguarda entre los años 2005 y 2010. Y critican “la sobreexplotación abusiva de recursos como agua o arcilla, y unos niveles altos de contaminación”.

En este tira y afloja, el Gobierno de Marruecos abrirá una investigación para la que, por el momento, aún no hay fecha.