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Incertidumbre en el azulejo por el fin de las licencias para vender en Argelia

31.05.2018 10:23

La industria del azulejo castellonense se encuentra a la expectativa y no sin elevadas dosis de incertidumbre ante la decisión que tome en los próximos días el Gobierno de Argelia, una vez que ayer se cumpliera el plazo de vigencia de buena parte de las licencias que autorizaban la importación de productos cerámicos en el país magrebí a lo largo de este año. «La decisión es impredecible», según señalaron en el día de ayer fuentes del sector.

Argelia, que hasta hace apenas año y medio era el quinto mayor destino de las baldosas cerámicas castellonenses, es un mercado importante para la industria española por la fuerte demanda que existe y cuyo mercado ha estado sometido en el último año al elevado rigor proteccionista de su gobierno, con la imposición de cuotas y otras medidas restrictivas hacia el azulejo, entre otros sectores.

CONFUSIÓN 

Desde la patronal Ascer se reconoció ayer que la situación que se ha creado es bastante confusa y complicada, por la escasa información que se tiene y la imprevisibilidad de las medidas que pueda adoptar el ejecutivo argelino, empeñado en controlar su déficit comercial. Argel plantean el bloqueo de la inversión en ciertos sectores e imponiendo medidas restrictivas a las importaciones, como ocurre con la cerámica.

Otro problema añadido es la disposición argelina para que los importadores tengan que provisionar financieramente el 120% del importe de la operación en el momento de la domiciliación, lo que supone un problema añadido para la llegada de azulejos castellonenses a un país que, por lo general, sigue estando estructuralmente desabastecido, debido principalmente a que los esfuerzos que viene realizando las autoridades magrebís por diversificar la economía nacional aún no han dado sus frutos, el crudo ha perdido la rentabilidad del pasado mientras que la dependencia económica de los hidrocarburos no ha rebajado su intensidad.

Entre tanto, la industria azulejera se encuentra expectante a la espera de las nuevas exigencias arancelarias que puedan darse.