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Joan Rojeski Studio, una cooperativa de diseño de Castellón creada por 'millenials'

13.11.2018 09:22

Joan Rojeski Studio es una cooperativa, pero no responde al concepto que, comúnmente, se tiene de este tipo de entidades. Alejada del sector primario, es una cooperativa del siglo XXI, plenamente adaptada al nuevo contexto socio-económico actual y vinculada de forma directa a las nuevas tecnologías. Creada en Castellón en el año 2010, está especializada en proyectos de diseño de producto, diseño gráfico y web.

Formada por cuatro profesionales que no superan los 35 años, Kike Fernández, Anna Gil, Rosa Reig y Jordi Olucha, ellos mismos definen el proyecto de Joan Rojeski Studio como “una suma de creatividad, solidez y experiencia”. De hecho, la firma ha colaborado desde sus inicios con empresas nacionales e internacionales. “Acreditamos una amplia  experiencia  en  el trabajo con entidades e instituciones  públicas  que  han  confiado  en  nuestra  capacidad para ofrecer resultados  profesionales”, relatan. “Somos una cooperativa, pero no solo porque esta sea nuestra forma jurídica; creemos en los principios de cooperación, participación, responsabilidad social y equidad, y los aplicamos cada”, manifiestan.

“Nos  gusta  pensar que, cooperando, ayudamos a fomentar un ecosistema empresarial más ético, sostenible y positivo para nuestra comunidad y nuestro entorno. De hecho, la perspectiva de género es un elemento transversal en todos los trabajos que llevamos a cabo, al tiempo que incorporar marcos de representación social o el uso del lenguaje inclusivo son  algunas  de  nuestras  premisas”.

Desde Joan Rojeski recalcan que “gran parte del éxito reside en nuestro proceso de creación: un método propio a través del que conseguimos soluciones innovadoras y en el que cuidamos cada detalle hasta conseguir un resultado original para que responda a la perfección a las necesidades de cada cliente”.

En los últimos años, la cooperativa ha llevado a cabo proyectos con el Ayuntamiento de Castellón, la Universitat Jaume I, la Generalitat valenciana, Fisabio, Covalser, Transportes la Vall, Escola el Drac, Bambando Turisme, Makinacción, beta.coop, Fevecta, la Federació de Cooperatives Agro-alimentàries, la Confederació de Cooperatives de la Comunitat Valenciana, Arregui, Peronda, Lékué, Normann Copenhagen, Vigar, la oenegé Guerreros Púrpura o les Falles Populars i Combatives de València.

A la hora de reseñar sus colaboraciones más notables, desde Joan Rojerki Studio destacan sus ‘sticky notes’, creados para Normann Copenhagen y por los que fueron galardonados en los Premios ADCV. A nivel local han desarrollado en los últimos meses la tercera campaña de diseño para la Mostra d’Arts Escèniques de Castelló y la imagen del centenario del colegio Matilde Salvador. Capítulo aparte merece el trabajo, junto a Arc Estudi, de la copa del mundo Penyagolosa Trails World Championships 2018. Este “importante reto comprendía la imagen y comunicación de las tres carreras de esta prueba referente a nivel nacional e internacional y el desarrollo de todas las aplicaciones y materiales tanto para antes del evento como durante: camisetas, dorsales, arcos de salida y meta, medallas y trofeos, material de comunicación, ‘merchandising’, presentaciones, etc”. Asimismo, pronto presentarán la nueva imagen para la Concejalía de Juventud de Castellón.

De cara al futuro, desde Joan Rojeski Studio expresan que “deseamos seguir desarrollando profesionalmente nuestro estudio de diseño sobre la base de los principios básicos que inspiraron nuestro proyecto inicial como empresa cooperativa, aportando nuestro proceso creativo en cada uno de los proyectos que desarrollamos”. “Pensábamos entonces, y lo seguimos haciendo ahora, que las empresas debemos operar en el mundo actual con un proyecto económico solvente y viable, y, además, asumir una responsabilidad social y medioambiental. Sumando esas tres facetas --la económica, la de responsabilidad social y la ambiental--, contribuimos a construir una economía más sostenible, que enlace los intereses de las generaciones actuales con los de las futuras, y que esté siempre al servicio de las personas”, enfatizan.

Del mismo modo recalcan que “el mundo cooperativo es un mundo de empresas con valores, que aspiran a situarse en la perspectiva de una economía del bien común. Como compañía que somos, operamos en el mercado, y aspiramos a que se nos reconozca por la calidad de los servicios que ofrecemos a nuestros clientes, pero el mercado es un instrumento para la eficiencia económica, no un fin en sí mismo”.

Finalmente, apostillan que “pensamos que el desempleo, la contaminación del medio ambiente por los desechos de la sociedad industrial o el calentamiento global son problemas que tienen solución y que para ello requieren una acción colectiva, basada en la coordinación de muchos esfuerzos a pequeña y gran escala. Un primer paso es lograr una concienciación social efectiva en relación a estos problemas y aportar cada uno nuestro grano de arena para corregir estas disfunciones”.