Los pasillos de la feria de Bolonia registraron una afluencia espectacular desde las primeras horas de esta 40ª edición de Cersaie. Las primeras impresiones de los expositores españoles, la mayoría de ellos de la provincia de Castellón, son positivas, aunque luego este movimiento tiene que cuajar en forma de contratos. Si el año pasado se veía a esta feria como una oportunidad para mostrar la fortaleza del Tile of Spain a pesar de los costes energéticos, ahora se ansía una remontada de ventas.
«Tenemos las mejores expectativas y el mejor optimismo, y queremos ver si esto es un punto de inflexión y la curva empieza a ser ascendente», dijo el presidente de Ascer, Vicente Nomdedeu.
Una predisposición que no puede ocultar los motivos de preocupación entre los empresarios. Uno de ellos es la fuerte competencia que viene de Asia.
Sea porque el año pasado aún tenían restricciones para moverse por el mundo a causa del covid, o sea por su pujante producción, desde primeras horas se vio a un gran número de asistentes de India.
Para Nomdedeu, «la situación es complicada tanto para España como Italia», debido a que no tienen las mismas exigencias medioambientales y de respeto de derechos laborales que tienen las fábricas europeas, lo que reduce sus costes. «Los fabricantes chinos copian, pero su nivel de calidad no iguala al nuestro, mientras que India sí tiene una precisión técnica muy elevada», comentaba una fuente del sector.
La Unión Europea impuso una serie de aranceles por vender por debajo de coste, pero el porcentaje es poco disuasorio. «Llegan a mercados estratégicos nuevos, como Europa y Estados Unidos», comentó el presidente de Ascer, «y si a Europa no la protegemos de la invasión de producto indio, estamos haciendo un pan como unas tortas».
Concluyó que esta industria «está en una tendencia de caída de cartera y parada de hornos, en los dos últimos años habíamos alarmado de ello pero ahora estamos en medio de la tormenta, lo que supone menos calidad de vida para Castellón».
La patronal italiana también está preocupada. Su presidente, Giovanni Savorani, expuso que el 2023 «comenzó con una desaceleración que nos hizo perder el 14,5% de las ventas en el primer semestre».
Para remontar, pidió a su gobierno inversiones en viviendas sociales y centros educativos. Sobre la descarbonización «no podemos hacer la transición perdiendo empleos y sacrificando la competitividad en los mercados mundiales», concluyó.