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Opinión | «Si solo se proyecta incertidumbre, será imposible transmitir a las nuevas generaciones que sí hay futuro en la cerámica»

El director de la Escuela Superior de Cerámica de l’Alcora, Isaac Nebot, aporta sus valoraciones tras la reciente celebración del Congreso Internacional del Técnico Cerámico

La semana pasada disfrutamos el XVIII Congreso Internacional del Técnico Cerámico, organizado por la Asociación Española de Técnicos Cerámicos (ATC). El evento ha sido un ejemplo rotundo del potencial, la capacidad de adaptación y la fortaleza de nuestro sector.

Con más de 400 inscritos, 20 ponencias de alto nivel y más de 50 empresas patrocinadoras, el encuentro ha puesto de manifiesto no solo el interés que sigue generando la industria cerámica, sino también el papel de liderazgo que continúa desempeñando la provincia de Castellón en el ámbito internacional.

Durante el congreso se evidenció cómo el sector cerámico avanza con paso firme hacia la innovación tecnológica, la implementación de la inteligencia artificial en los procesos productivos, la mejora de la interacción personalizada con el cliente y la adaptación constante a los nuevos requerimientos del mercado global. Es una muestra clara de que la industria no se limita a seguir el ritmo de los tiempos, sino que marca el camino, se adelanta y propone soluciones.

De todos es bien sabido que este esfuerzo se ve entorpecido por trabas burocráticas que dificultan la agilidad del sector y por la falta de confianza de algunos responsables políticos que no parecen comprender la riqueza que genera esta actividad para toda la región. Hablamos de un sector que factura más de 8.000 millones de euros anuales, que vertebra el territorio y que sostiene a miles de familias directa e indirectamente. A pesar de ello, la industria cerámica sigue investigando, invirtiendo y desarrollando nuevas tecnologías para cumplir con los requisitos cada vez más exigentes que se imponen desde las administraciones.

Frente a esta realidad de esfuerzo, inversión y compromiso, sorprende la visión excesivamente pesimista que a menudo trasladan ciertos medios de comunicación, y que se ha podido comprobar en las noticias publicadas durante el fin de semana como resumen del congreso. Esta narrativa no solo desvirtúa el trabajo ejemplar que realizan nuestras empresas y nuestros técnicos, sino que también dificulta un reto crucial: atraer talento joven.

Si desde fuera solo se proyecta incertidumbre, será imposible transmitir a las nuevas generaciones que sí hay futuro en la cerámica, que se trata de un sector puntero, innovador, tecnológicamente avanzado y lleno de oportunidades de desarrollo profesional.

La industria cerámica necesita un relevo generacional preparado, motivado y consciente del valor que tiene este sector para el presente y el futuro de Castellón. Y para lograrlo es imprescindible que tanto las instituciones como los medios contribuyan a mostrar la realidad completa: un sector dinámico, resiliente, sostenible y con una enorme capacidad para seguir liderando.

Mi resumen del Congreso de ATC, es que no ha sido solo un encuentro profesional, sino que ha sido un recordatorio de que la cerámica sigue siendo un motor de progreso y la mejor opción de futuro para los jóvenes.