La feria de Italia devuelve la sonrisa a la industria cerámica

El impulso comercial de la cita de Bolonia debe servir para que el azulejo supere en 2013 su récord de exportaciones: 2.200 millones de euros.
J. CABRERIZO

En pocos minutos finalizará Cersaie 2013, después de cinco días extenuantes para las compañías españolas desplazadas hasta la ciudad de Bolonia. El salón ha confirmado su ‘vitola’ como el mejor escaparate mundial para la cerámica y, gracias a la cantidad y calidad de compradores internacionales, ha conseguido devolver la sonrisa a los empresarios de la provincia de firmas fabricantes de recubrimientos, esmalteras y auxiliares.

La feria, que comenzó con gran incertidumbre por los efectos de la reforma eléctrica, cuyas implicaciones económicas concretas todavía continúan sin concretarse, ha conseguido cambiar el semblante del clúster, gracias a la sobresaliente presencia de clientes de los cinco continentes, su aprecio del producto ‘made in Spain’ y por su gran predisposición a cerrar contratos.
A falta de que la organización de Cersaie confirme en próximas fechas el número definitivo de asistentes, las sensaciones en la delegación española han sido muy positivas por la intensa actividad a pie de estand, que fue especialmente fructífera en los tres días centrales (martes, miércoles y jueves) del evento transalpino.

De este modo, el contingente nacional ha regresado de Bolonia con un optimismo renovado y con un impulso adicional (y de primer orden) para seguir adelante en su proceso de posicionamiento internacional. Este ‘plus’ comercial para las azulejeras que ha supuesto la última edición de Cersaie puede ser decisivo para que el principal motor industrial de la provincia de Castellíon alcance un hito histórico durante este ejercicio: superar su récord de ventas como colectivo en el exterior; 2.200 millones de euros, una cifra que data del ya lejano año 2007 y que los indicadores apuntan a que va a ser pulverizada.