El consumo de cemento en España crece a doble dígito

MADRID. El consumo de cemento en España continúa al alza. Según los últimos datos publicados en la Estadística del Cemento difundida por Oficemen, el consumo ha crecido un 11,5% en noviembre, hasta las 1.528.073 toneladas, 158.043 toneladas más que en el mismo mes de 2024.

En el acumulado hasta noviembre, a solo un mes del cierre del año, el consumo alcanza las 15.230.238 de toneladas, lo que supone casi 1,5 Mt más que en el mismo periodo de 2024, con un crecimiento del 10,9%.

«No es arriesgado aventurar, por tanto, que en 2025 se superarán los 16 Mt. Este dato refleja la activación de la demanda que también muestran indicadores como las licitaciones de obra pública o los visados de edificación, pero debería consolidarse en el tiempo si queremos dar una respuesta eficaz a las necesidades urgentes de infraestructuras y vivienda que tiene España», explica el director de Oficemen, Aniceto Zaragoza.

Las exportaciones han retrocedido en noviembre un -33,5%, situándose en 360.013 toneladas, lo que supone una pérdida de 181.234 toneladas respecto al mismo mes de 2024. Esta caída se refleja en el acumulado anual, que se sitúa ahora en un -9,9%, con un total de 4.174.370 toneladas exportadas en estos 11 meses, y 456.561 toneladas perdidas frente al período anterior

Las importaciones, por su parte, elevan su crecimiento en el acumulado anual hasta el 36,8%, totalizando 1.831.639 t importadas hasta noviembre. Este dato se alimenta principalmente de las importaciones de clínker, que son las que más se elevan, con un aumento del 61,5%.

«A partir del 1 de enero de 2026 entrará en vigor el período definitivo del Mecanismo de Ajuste en Frontera por Carbono, más conocido por sus siglas en inglés CBAM, lo que en la práctica supone que solo podrá importar a la UE los productos cubiertos por el CBAM, quien ostente la condición de declarante autorizado. Se están terminando de desarrollar por parte de la Comisión Europea algunos aspectos importantes del Reglamento para conseguir que el mecanismo sea realmente efectivo para mantener la competitividad de la industria europea y sus métodos de fabricación alineados con los objetivos medioambientales», explica Zaragoza.