El azulejo pide a Bruselas una transición verde «asumible»
La imposibilidad de cumplir con la reducción de emisiones contaminantes y el alto coste de los derechos de emisión podrían paralizar la producción en 2040 y deslizan la deslocalización» como alternativa
Fernando Tomás, de Smalticeram; Luis Hernández, de Grespania; Jesús Fernández, de Altadia; Luis Hernández, de Grespania, y Julio Delgado, director general de Industria, han participado en la mesa de diálogo del XVIII Congreso Internacional del Técnico Cerámico.
Iván Fernández
22 noviembre 2025 11:14
CASTELLÓ. El sector cerámico se enfrenta a un futuro incierto, azotado por las exigencias de la Unión Europea (UE) en materia climática. Los representantes del clúster azulejero señalan que, si desde Europa no se rebajan sus exigencias en la reducción de emisiones de gases invernadero, advierten de que podrían suponer la ruina o la desaparición del sector para 2040. Además, deslizan la posibilidad de la deslocalización como alternativa ante la nueva Ley del Clima de la UE.
Para dentro de 15 años, la institución continental ha fijado que los 27 países que la integran deben emitir un 90% de gases contaminantes que en 1990. Una limitación que pondría en riesgo la viabilidad de la industria cerámica, según los representantes del sector, ante la imposibilidad de seguir produciendo o por el alto coste que supondría superar los límites de gases invernaderos establecidos.
2,5 toneladas de CO2
Luis Hernández, presidente de Grespania y vocal de Ascer, ha señalado que las empresas azulejeras »en los últimos cinco años, como promedio, ha emitido unos 2,5 millones de toneladas de CO2. Por suerte, a día de hoy, contamos con compras gratuitas de derechos de emisión, gratuitas, pero con un precio por tonelada que está por los 100 euros en la actualidad en el mercado privado, esto supondría una factura de 250.000 millones».
Hernández ha añadido que »esta asignación gratuita se reduce anualmente y no existirá en 2040. Como lo más seguro es que no cumplamos las exigencias europeas, tendremos que comprar más derechos. Con toda seguridad, el precio de compra se disparará en los próximos años por lo que, para entonces, el coste será inasumible. Sin embargo, la alternativa es no producir al incumplir la ley».
Hernández se ha pronunciado así en la mesa de diálogo ¿Clúster cerámico o mega polígono industrial?, que ha servido para cerrar, este viernes, la segunda y última jornada del XVIII Congreso Internacional del Técnico Cerámico de la Asociación Española de Técnico Cerámicos (ATC). El empresario cerámico también ha reclamado »medios para apostar por las energías alternativas» y requirió «apoyo gubernamental, aunque sucede lo contrario».
Alternativas de futuro
Hernández también ha deslizado la posibilidad de una deslocalización del sector, si no se revierten las políticas europeas. El vocal de Ascer afirmó que «algo se debería hacer. Las empresas de fritas se han deslocalizado con buenos resultados, pero no es sencillo llevarla a cabo. Requiere de fuertes inversiones que habría que estar dispuestos a realizar».
Tanto Hernández como Jesús Fernández, presidente en Europa, Oriente Medio y África de Altadia, que le ha acompañado en la mesa, han coincidido en las dificultades que existen en el horizonte de la cerámica.
Fernández ha reconocido que »el futuro es incierto y duro» por la pérdida de competitividad y la amenaza de China e India. Hernández, por su parte, ha hablado de que «hay muchas incertidumbres, sobre todo en el apartado energético y medioambiental. Además, nuestra mayor amenaza son los políticos».
Por su parte, Fernando Tomás, director general de Smalticeram España, presente en la mesa, ha exigido a la UE que »al menos, el producto fabricado fuera que entra debería seguirlas mismas exigencias que nuestra industria» y ha señalado que «el futuro es desalentador».
En la clausura del congreso, ha participado el diputado provincial de Promoción Cerámica, Vicente Pallarés que ha destacado que el evento »ha abarcado desde la descarbonización hasta la digitalización y ha sido una radiografía fiel de hacia dónde va la industria cerámica».