SECTOR INMOBILIARIO

El Parlamento Europeo insta a desplegar más fondos para solucionar el problema de la vivienda

La Eurocámara presenta en Madrid el borrador de un informe con una serie de recomendaciones sobre cómo solucionar el problema de acceso a la vivienda que sufre todo el Viejo Continente
Imagen de archivo de la construcción de una promoción de viviendas.
Gabriel Santamarina

MADRID. Más vivienda, más suelo, más ayudas y más inversiones sería el perfecto resumen de las recetas que el Parlamento Europeo apuesta por poner en marcha para resolver el problema de la accesibilidad a la vivienda que azota a las grandes ciudades de todo el Viejo Continente. Así lo ha plasmado en el el primer borrador del informe elaborado por el Comité Especial sobre la Crisis de la Vivienda en la Unión Europea, que esta ocasión ha estado liderado por el parlamentario popular Borja Giménez Larraz, con un claro sesgo liberal de que la situación deriva de una falta de oferta para responder a la demanda actual y que inicia ahora su trámite de enmiendas.

Este informe, sin carácter ejecutivo, será enmendado hasta el próximo 20 de octubre antes de una votación que dictará el resultado del texto final. Por ahora, las propuestas de Giménez Larraz son de corte liberal, ya que justifica que «el principal factor que impulsa el aumento de los precios de la vivienda es el desequilibrio persistente entre la demanda y la oferta», motivo por el que consideran que «es fundamental abordar eficazmente la escasez de viviendas e incentivar adecuadamente las fuerzas del mercado». El documento carga contra los controles de precios y la intervención del mercado, que considera «ineficaces», generadores de incertidumbre y desalentadores de la inversión entre los capitales que podrían destinar grandes inversiones precisamente a aumentar la oferta. Sin embargo, preguntado el eurodiputado este viernes por qué parecido tendrá el texto actual con el definitivo reconoce que «poco».

El informe final del Comité Especial sobre la Crisis de la Vivienda, que será aprobado por el Parlamento Europeo en febrero, servirá de base al comisario Dan Jørgensen para elaborar el gran ‘megaplan’ que está preparando, con el fin de elevar sustancialmente los fondos de los que dispondrá Europa para hacer frente a esta crisis. En realidad, tal y como reconocen desde el Eurogrupo, aunque se puedan incidir en algunas regulaciones, como es el caso de los pisos turísticos, donde hay un gran acuerdo entre grupos, lo que está en juego ahora es movilizar capital para inversiones, donde también hay puntos de encuentro entre las diferentes formaciones políticas.

Entre los programas que podrían ver la luz destaca un fondo de 200.000 millones de euros en préstamos blandos para aumentar la oferta de vivienda. Otra de las cosas que se plantean es entregar dinero directamente a las entidades locales. «Sirve para acortar la burocracia y ser más ágiles, además de que evita los problemas derivados de que en diferentes administraciones gobiernen distintos partidos», comentó el popular Borja Giménez Larraz, en un almuerzo con periodistas después de la presentación del borrador del informe en la Oficina del Parlamento Europeo en Madrid.

Entre los puntos que más atención pone el borrador del informe están las cargas administrativas, que considera que deben cambiar, agilizando los procedimientos de licencias y reduciendo los trámites burocráticos innecesarios. «Es necesaria una auditoría exhaustiva del marco regulatorio de la construcción para identificar y eliminar los obstáculos legales que frenan al sector», señalan. El Parlamento Europeo entiende que los bajos niveles de construcción tras el estallido de la burbuja son por «la limitada disponibilidad de suelo urbanizable, los largos procesos de obtención de permisos de obra, la inseguridad jurídica, el impacto de la legislación de la Unión Europea en áreas como el cumplimiento normativo energético, la excesiva presión fiscal sobre la construcción de viviendas y el aumento de los precios de los materiales».

El documento pone sobre la mesa las dificultades que tiene el sector público para afrontar esta situación sin movilizar la inversión privada, que califica de «esencial». «Los Estados miembros y las instituciones de la Unión Europea deben establecer condiciones que atraigan capital privado, por ejemplo, reforzando la arquitectura financiera mediante iniciativas como la culminación de la Unión de Ahorros e Inversiones o el uso de la titulización, que potenciará los flujos transfronterizos de capital privado hacia la inversión en vivienda», recomiendan.

Por otro lado, el Comité Especial sobre la Crisis de la Vivienda en la Unión Europea cree que «los fondos europeos deberían desplegarse de forma más eficiente», con el finde de «promover la atracción de capital privado para financiar inversiones en vivienda» a través de empresas públicas, municipios, regiones y asociaciones público-privadas, con el Banco Europeo de Inversiones «desempeñando un papel facilitador a través de sus actividades de financiación y asesoramiento». «Si bien la inversión pública sigue siendo un componente crucial de la solución global, nunca será suficiente, y es necesario atraer capital privado», añaden.

Los autores del informe recuerdan que, a pesar de todo lo mencionado, hay que poner el foco también en apoyar a los jóvenes con «planes de vivienda específicos y mecanismos de apoyo hipotecario, como garantías para compradores jóvenes que compran por primera vez». No solo eso, sino que destaca que «los trabajadores esenciales», como médicos o profesores, ven cada vez más imposible comprar o alquilar una vivienda. «Para abordar esta situación, debemos apoyar a las familias explorando medidas políticas de vivienda adaptadas a sus necesidades, incluyendo incentivos fiscales. Muchas personas, a pesar de participar en el mercado laboral, no pueden permitirse abandonar el hogar familiar ni vivir de forma independiente, lo cual no siempre es una decisión personal», añaden.

«Los ciudadanos esperan, con razón, soluciones»

Con este documento, las autoridades comunitarias ponen negro sobre blanco sobre lo que supone el problema actual, con una declaración de intenciones: «Todos los europeos deberían tener la posibilidad de acceder a un lugar al que llamar hogar, ya que es el primer paso hacia un futuro de sueños, justicia y, sobre todo, libertad. El futuro de Europa, incluyendo su economía, bienestar y competitividad, depende de la creación de las condiciones adecuadas para que esto sea posible. En toda Europa, la vivienda no es un asunto secundario, sino la base sobre la que se construyen la estabilidad, la familia y el futuro de nuestros ciudadanos. Abordar la crisis de la vivienda implica dar a las generaciones jóvenes y a las familias la confianza para construir su futuro. Los ciudadanos esperan, con razón, soluciones. Es nuestra responsabilidad estar a la altura de este desafío, dejar de lado los dogmas ideológicos y trabajar juntos para lograr mejoras tangibles en la vida de las personas. No hacerlo pone en peligro nuestros valores, las sociedades democráticas y la competitividad de nuestro continente».