INDUSTRIA

La jubilación de un veterano de la cerámica de Castellón y el entrañable escrito de sus compañeros

José Miguel Mateu, a lo largo de los años, ha estado en primera línea de los procesos de innovación industrial
José Miguel Mateu, en una de las plantas de producción de Equipe.
Bartomeu Roig

CASTELLÓ. La cerámica es el sector económico que marca la diferencia en Castellón. Emplea a unas 20.000 personas de manera directa, además de generar miles de puestos de trabajo indirectos. El sector se caracteriza por su innovación constante y por una adaptación continua a las nuevas tecnologías y a las preferencias del mercado.

Una de las empresas más destacadas del clúster provincial es Equipe, que en los últimos meses se ha situado a la vanguardia de la descarbonización industrial con el estreno del horno eléctrico más grande del mundo, además de proyectar la instalación de otro que duplicará la capacidad del actual. Pero más allá de las innovaciones tecnológicas, Equipe destaca por las personas que hacen posible su crecimiento diario.

Uno de los empleados más veteranos de la firma, José Miguel Mateu Gil, se ha jubilado a los 67 años, tras más de tres décadas de dedicación al sector cerámico. Desde la empresa se ha remitido una nota de agradecimiento por su labor:

«Se despide con la satisfacción de haberlo dado todo y con el orgullo de pertenecer a una empresa donde el compromiso y la dedicación siguen siendo los pilares fundamentales», señalan desde Equipe.

Mateu «supo desde muy joven que su camino estaría ligado a la cerámica», y su trayectoria le llevó por distintas empresas del sector, «donde siempre buscó crecer profesional y personalmente», apuntan. Cada cambio fue una oportunidad para superarse.

De Keramia a Equipe

Uno de los momentos más significativos de su carrera fue su vinculación con el empresario Rogelio Vila Úbeda, con quien coincidió en Estudio Cerámico, posteriormente en Keramia y, finalmente, en Equipe Cerámicas.

«Mateu, como le llaman sus compañeros, siempre ha estado allí donde se gestaban los grandes proyectos», destacan.

«Nunca más me he aburrido desde aquel día que acepté trabajar con Rogelio», confiesa él mismo con una sonrisa.

Durante su etapa en Keramia Cerámicas, Mateu dirigió un proceso innovador de fabricación de porcelánico por extrusión. Tras el cierre de la empresa en 2013, se incorporó a Equipe Cerámicas, donde fue más que un técnico o un responsable.

«Fue parte esencial de la transformación industrial de la empresa. Desde su llegada, contribuyó a la reorganización de la planta Factoría 1A, participó activamente en el montaje de la Factoría 2 y en la modernización del centro logístico. Su huella está en cada rincón: en las líneas de esmaltado, en los hornos, en los boxes... y en el espíritu de quienes han trabajado a su lado», destacan desde la empresa.

Un legado de liderazgo y humanidad

En 2022 lideró la construcción de la Factoría 1B, y un año después asumió un nuevo desafío en Onda: poner en marcha y dirigir una planta desde cero.

«Lo que más me preocupaba no era la maquinaria, sino formar un equipo de personas que creyeran en el proyecto. Y lo conseguí», recuerda con emoción.

Ahora, con 67 años, José Miguel Mateu cierra esta etapa «con la satisfacción de no dejar nada a medias», comenta.

Más allá de las líneas, las prensas o los hornos, Mateu deja algo aún más valioso: el testimonio de que en Equipe se puede construir una vida profesional sólida, llena de oportunidades y crecimiento humano.

Su historia es la de alguien que supo darlo todo sin perder nunca la ilusión, la curiosidad ni el compromiso. «Gracias, Mateu. Desde Equipe Cerámicas te agradecemos tu entrega y generosidad; nos has enseñado mucho a todos», concluye la nota.