Estaba previsto que diera comienzo en mayo, pero las negociaciones del convenio colectivo para la industria cerámica todavía no se han estrenado. Algo de lo que dependen miles de asalariados de Castellón. Los encuentros con el ministerio de Industria sobre las ayudas para el sector, que se han quedado en punto muerto como consecuencia del adelanto de las elecciones generales, supusieron una demora, aunque los sindicatos quieren que no haya más retrasos.
El secretario general de hábitat de CCOO de Castellón, Jordi Riera, destacó que el lunes «mandamos una comunicación para estudiar un calendario». También tenía previsto hacer lo mismo el responsable de Industria de UGT en la provincia, Antonio Durán. «Los dos sindicatos hemos mantenido reuniones previas sobre el convenio, y ahora estamos pendientes de la postura de la patronal», comentó.
Desde la vertiente empresarial, la organización que agrupa a los fabricantes, Ascer, señaló que aún «no hay fecha fijada», aunque los indicios apuntan a que podría ser pronto. Al menos, Durán solicita que la primera reunión «sea antes de acabar este mes». Quedan, por tanto, dos semanas.
Una vez más, existe incertidumbre sobre la evolución del sector, a lo que se suman las dudas sobre el resultado de las elecciones generales de julio. Jordi Riera reconoce que las empresas «están en una situación difícil, pero los trabajadores también lo estamos, ya que sufrimos el efecto del incremento de la inflación». Por eso considera que sentarse con Ascer para hablar del convenio es «necesario», con independencia de quién gane los comicios.
De este pacto dependen más de 15.000 puestos de trabajo en la provincia. Los dos últimos acuerdos fueron por solo un año, por lo que será el tercer convenio a negociar en tres años. Por un lado, la parte de los asalariados quiere unos incrementos de sueldo y condiciones que les permita recuperar poder adquisitivo, mientras que las empresas están a la espera de ver la evolución del sector y de conocer el resultado de las ayudas que, debido al 23J, podrían llegar con más retraso del previsto.
El convenio del 2022 fue firmado a finales de diciembre, y no entró oficialmente en vigor hasta hace unas pocas semanas, con su publicación en el Diari Oficial de la Generalitat Valenciana. El principal acuerdo alcanzado entre patronal y sindicatos fue un incremento salarial del 4%, con el fin de reducir el efecto de la inflación entre los empleados.
El convenio del 2023, que se espera sea para varios años, se aplicará con efecto retroactivo a partir del pasado 1 de enero, por lo que las empresas deberán volver a abonar atrasos de convenio, como ocurrió en los dos casos anteriores.