Consulta cuando quieras la edición en Papel desde el lector de PDFs.
Pulsa aquí
Las acciones de las políticas energéticas que siguen las autoridades europeas y el Gobierno español van encaminadas a la disminución de las emisiones de CO2 a la atmósfera. La principal fecha marcada en este sentido es la del año 2030, cuando se tienen que reducir en un 55% las emisiones respecto a 1990. Será un paso muy importante para la sostenibilidad medioambiental, pero este objetivo también tiene en vilo a sectores productivos como la cerámica. Desde hace décadas, las líneas de producción adoptaron el gas natural como principal fuente de energía, lo que mantuvo la calidad del producto con unos costes inferiores. En cambio, las principales propuestas alternativas, como la electrificación supone multiplicar hasta por cuatro los costes energéticos de hoy en día.
Juan Vicente Bono, presidente de la Asociación Española de Fabricantes de Maquinaria y Bienes de Equipo para la Industria Cerámica (Asebec), indica que ya hay plantas piloto para fabricar azulejos mediante la electricidad. «Con ellas se cumplirían las exigencias de sostenibilidad que nos marcan desde Europa, pero las empresas no podrían ser sostenibles económicamente», comentó. Calcula que la factura energética, «con los costes actuales de la electricidad, se cuadriplicaría, y sería un retroceso para la industria», que en los últimos meses se ha reforzado como motor económico provincial.
Para esta sustitución de hornos «tendría que haber una rebaja significativa del precio de la electricidad, mediante una generación muy superior de energía fotovoltaica y eólica». Y, al mismo tiempo, recuerda que ahora mismo, «parte de la electricidad se genera con combustibles fósiles, por lo que la huella de carbono se mantiene de todas formas», comentó.
La principal línea de investigación que se sigue en este momento es, además de la electrificación, el uso del hidrógeno verde como combustible alternativo al gas natural. Diferentes consorcios y grupos empresariales apuestan por ello y han solicitado la colaboración de la Unión Europea mediante fondos de recuperación, pero el calendario es demasiado estricto..
El presidente de Ascer, Vicente Nomdedeu, también hizo referencia a este asunto en una reciente entrevista mantenida con este periódico. Mencionó que los cambios en la energía van a llegar, «pero hay que hacerlo cuando las novedades permitan que nuestros sectores permanezcan en el posicionamiento que tenemos en los mercados y no desaparezcamos». Muestra de la evolución del clúster azulejero de Castellón es la transformación de las empresas. «No hemos dejado de hacer cosas, y lo hemos hecho por iniciativa propia, sin normas de por medio», detalló.
La finalidad de esa energía generada es dar suministro a las áreas de oficinas y en todos aquellos procesos en los que se utiliza la electricidad. Pero con la actual tecnología no es posible tener tanta energía con las placas propias como para mantener el funcionamiento de los hornos y las atomizadoras.