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El 11 de febrero se celebró en el espacio MAE de Matimex, el primer evento del 2016: Arquitectura + Vino organizado por la responsable de MAE Gemma Vidal, donde más de 100 profesionales de la arquitectura tuvieron ocasión de disfrutar de una intensa jornada.
Temas destacados como pensar la arquitectura de bodega, la bodega como experiencia cultural y la fenomenología de la percepción vinícola fueron los bloques protagonistas en los que se dividió este apasionante evento. El periodista y editor gastronómico especializado en vinos y destilados, Federico Oldenburg, reconocido con el Premio Nacional de Gastronomía 2007 a la mejor labor periodística, fue el encargado de dirigir el evento y moderar las mesas de debate.
En el primer bloque, bajo el nombre Pensar la arquitectura de bodega, intervinieron expertos bodegueros de renombre como:
Ignacio Quemada, arquitecto riojano fundador de Ignacio Quemada Architects, defendió su tesis “la representación y el significado de una bodega en un territorio” describiendo los inicios del premiado Campo Viejo, un modelo de proyecto para bodegas internacionales en Logroño.
Alfredo Arribas, arquitecto catalán fundador de AA Arquitectos, propietario de la Bodega Portal del Priorat, creador de la firma de iluminación Santa&Cole, habló de “una experiencia itinerante: La bodega sin límites”.
Arribas expuso su complejidad para crear una bodega personal que todavía no ha acabado, ni cree que pueda acabar algún día. Un ejercicio de reflexión sobre el edificio elaborador y su pasaje y de cómo insertar la montaña en la bodega: “la bodega tiene que ser parte del paisaje, el edificio y el proyecto cambia como cambia el vino y la vida; la bodega como proyecto íntimo de un arquitecto; o pensar en el proyecto de la viña no como bodega”, fueron algunas frases suyas.
Fernando Salas, arquitecto y socio director de Salas Studio en Barcelona, autor de la Sala de Barricas de Vega Sicilia, nos ofreció una interesante reflexión arquitectónica en “Mimando el contenido”. Salas ha creado las nuevas salas de barricas para el proyecto de Vega Sicilia con la intención de crear una piel continúa. Ha proyectado los espacios con los mismos materiales de los vinos: madera, ladrillo… con una austeridad que sólo rompe una barandilla muy singular de escalera de corte vegetal que se ha convertido en emblemática.
Finalizadas las ponencias, se pasó al siguiente bloque que versó sobre: La bodega como experiencia cultural donde se abordaron diferentes asuntos como la influencia de la cultura, el paisaje y la historia de las bodegas, así como la construcción y rentabilidad de experiencias para los sentidos en las bodegas y la importancia de integrar la naturaleza en un proyecto.
El panel de expertos, arquitectos y bodegueros, que presidieron la segunda parte fueron Juan Díez Bulnes, arquitecto madrileño y socio fundador de Bodegas Bernabeleva; Relja Ferusic, arquitecto bosnio establecido en Barcelona y socio del estudio Sala Ferusic; Enrique Valero, director del hotel Le Domaine Abadía Retuerta en Valladolid; y Josep Vendrell, arquitecto catalán autor del proyecto para bodegas de Gramona.
Enrique Valero como director de Abadía Retuerta destacó que la bodega tiene que ser un negocio aunque hay que respetar todos los valores de historia, paisaje. Siempre con respeto y sin intervención humana, sólo para generar experiencias de calidad que se mantengan en el tiempo. “hay que vender emociones y productos, y lo primero es más importante”.
Por su parte, el estudio Sala Ferusic, a través de su socio Relja Ferusic destacó que en una bodega hay que equilibrar todas las piezas: arquitectura, paisaje, consumidor, vinos, el escenario local…”. Insistió que se pueden hacer proyectos low cost, sin grandes dispendios.
Juan Díez Bulnes de la bodega Bernabeleva habló de la herencia de su familia en una finca de casi un siglo en San Marín de Valdeiglesias, Madrid, donde elabora, en un bodega construida por él, vinos con uvas 100% locales como garnacha y albillo, casi perdidas. La bodega Gramona, líder en cavas Premium, presentó su nueva bodega como proyecto donde el arquitecto es un capataz que sabe de vinos y el propietario de la bodega sabe de ingeniería, como tótem y equipo de sabios integrados.
El arquitecto Josep Vendrell comentó que la bodega está pensada desde el interior para el exterior.
A través de los sentidos se pudo participar en una interesante cata arquitectónica, donde los propios autores de los vinos presentaron sus creaciones: Alfredo Arribas (Clos del Portal), Juan Díez Bulnes (Bernabeleva) y Álvaro Bernardo (La Mejorada).
Terminada la experiencia, los invitados al primer evento del 2016 en Matimex, disfrutaron de una agradable comida en las instalaciones del showroom MAE en la que se sirvieron vinos anfitriones de Castellón, gracias a la colaboración de la IGP Castelló.
Para finalizar este completo día, dedicado al vino y la arquitectura, se abrió un segundo coloquio bajo la identidad: “Fenomenología de la percepción vinícola” donde las cuestiones a tratar se centraron en el interiorismo que invita a comer y beber mejor, los nuevos espacios para nuevos hábitos de consumo de vinos y las soluciones arquitectónicas ante la refrigeración, guarda y ergonomía.
Este último y tercer bloque contó con las intervenciones de: César Cánovas, mejor sommelier de España en el año 2006, Brand Ambassador de Monivic y coordinador de Gastronomía de la Escuela de Turismo, Hostelería y Gastronomía CETT en Barcelona; Ricardo Arambarri, gerente del grupo Vintae y Wine Fandango en Logroño; Bruno Murciano, sommelier y cofundador de Taste España, socio de la compañía Vitivinícola del Mediterráneo y mejor sommelier 2008 en España; e Isabel López Vilalta, interiorista y socia directora en Isabel López Vilalta+Asociados, especializada en interiorismo hotelero y de restauración.
Murciano animó a ofrecer vinos por precios, ocasiones y momentos para copiar la tendencia londinense y Cánovas apostó por hacer equipo con los interioristas para hacer obras y bodegas en restaurantes donde el vino sea el elemento destacado.
Isabel López Vilalta contó sus proyectos de restaurantes como una ampliación de sus ganas de disfrutar la comida, la bebida, el ambiente, la compañía y la luz. Destacó el equilibrio y el silencio de la bodega de El Celler de Can Roca.
Ricardo Arambarri, dueño del grupo Vintae y el espacio novedoso Wine Fandango expuso sus ganas de desmitificar el vino a través de un porrón, la música y el ocio en su local de Logroño. “No pasa nada si hay ruido, se trata de ambientar el vino y crear calidez”.
Momentos antes de la clausura, se dio a conocer el nombre del invitado ganador del sistema Coravin, un producto cuya tecnología permite, sin descorchar la botella, acceder y probar el vino de la misma en el momento que se desee.
Finalmente, Juan-Luis Grafulla, director general de Matimex, clausuró la jornada.