¿Y si los materiales hablaran? En Material Perception: Ceramics, la cerámica deja de ser un simple revestimiento para convertirse en lenguaje, estructura y narrativa. A través de formas escultóricas, superficies que cambian con la luz y composiciones que evocan texturas naturales, la exposición invita a detenerse, observar y cuestionar aquello que normalmente damos por hecho: los materiales que nos rodean.
APE Grupo participa como colaborador estratégico en la exposición Material Perception: Ceramics, impulsada por el grupo de investigación MaP+S (Material Processes and Systems) de la Graduate School of Design de Harvard. La muestra forma parte del programa del European Cultural Centre (ECC), un reconocido certamen internacional que se celebra en paralelo a la Bienal de Arquitectura de Venecia 2025.
La exposición, abierta al público hasta el 23 de noviembre en el histórico Palazzo Mora, propone una reflexión crítica sobre cómo percibimos y valoramos los materiales en la arquitectura contemporánea, con un enfoque especial en la cerámica como materia estructural, estética y cultural. Como explica Martin Bechthold, director del grupo de investigación MaP+S en la Graduate School of Design de Harvard, «la intención es romper con la forma habitual en que miramos los materiales y provocar un momento de pausa, en el que el visitante pueda observar aquello que normalmente pasa desapercibido».
«La cerámica tiene una capacidad extraordinaria para adoptar otros lenguajes materiales. No es imitación, es transformación cultural y técnica», explica el profesor Bechthold
Gracias al apoyo de APE Grupo, todas las piezas cerámicas presentes en la muestra han sido desarrolladas con materiales contemporáneos de tecnología avanzada, lo que ha permitido al equipo de Harvard experimentar con nuevas formas de expresión espacial y conceptual.
La exposición Material Perception: Ceramics plantea una exploración profunda sobre cómo percibimos los materiales en la arquitectura contemporánea. La propuesta se centra en la cerámica como vehículo para cuestionar las nociones de autenticidad, materialidad y memoria, en un momento en que gran parte del entorno construido está dominado por materiales que simulan otros.
La muestra invita a reinterpretar la cerámica como materia arquitectónica y lenguaje cultural, con capacidad para generar nuevas narrativas estéticas, estructurales y sensoriales. A través de composiciones escultóricas, se propone una experiencia que combina arte, ciencia y arquitectura.
La exposición se articula en torno a una serie de piezas que invitan a repensar el material cerámico desde múltiples enfoques: estructural, perceptivo, simbólico y sensorial. Todas ellas han sido desarrolladas a partir de piezas cerámicas de APE Grupo, lo que ha permitido trabajar con cerámica avanzada de alta precisión y acabados hiperrealistas, que reproducen materiales naturales como piedra, madera o mármol. «La cerámica tiene una capacidad extraordinaria para adoptar otros lenguajes materiales. No es imitación, es transformación cultural y técnica», explica el profesor Bechthold.
En este sentido, la exposición plantea también una dimensión ética del diseño: la durabilidad emocional de los materiales, su capacidad de generar apego y permanencia en el tiempo. «Diseñar materiales que la gente quiera conservar durante décadas también es sostenibilidad», concluye Bechthold.
Entre los elementos más representativos destacan las esculturas cerámicas, piezas de gran formato que exploran las capacidades estructurales, expresivas y conceptuales del material. Algunas adoptan formas verticales escalonadas, de geometría hiperbólica y construcción postensada, para demostrar que la cerámica, tratada con rigor técnico, puede adquirir un comportamiento portante. Otras se disponen a ras de suelo como hitos abstractos y objetos autónomos, en los que la cerámica abandona su rol tradicional de revestimiento para convertirse en protagonista espacial.
La muestra se completa con una instalación mural interactiva que transforma la percepción del visitante mediante luz, color y temperatura. Basada en investigaciones de neurociencia, fotobiología y percepción térmica desarrolladas en Harvard GSD, esta pieza aplica la llamada hue-heat hypothesis, que plantea que los materiales —al igual que los colores— pueden generar sensaciones subjetivas de calor o frío, influyendo en nuestra percepción de confort. “No queríamos una instalación decorativa, sino una pieza que tradujera investigaciones científicas en una experiencia corporal concreta”, comenta Bechthold.
La instalación está compuesta por una superficie cerámica con efecto translúcido de ónix, organizada en una doble geometría plegada que reacciona al movimiento del espectador mediante una transición cromática circadiana. El gradiente de color reproduce el ritmo lumínico del día: desde tonos fríos azulados, asociados al amanecer, hasta matices cálidos que evocan el atardecer. Más que una pieza estética, funciona como un dispositivo arquitectónico perceptivo, que traduce hallazgos científicos en una vivencia tangible. Además, invita a reflexionar sobre cómo ciertos materiales pueden mejorar el confort ambiental mediante estrategias pasivas, sin necesidad de la intervención tecnológica.
Las piezas expuestas no se entienden como objetos funcionales, sino como ensayos espaciales y matéricos. Al estar descontextualizadas de su uso habitual en suelos o paredes, invitan al visitante a reconsiderar su percepción de la cerámica: no como fondo, sino como forma. No como superficie, sino como idea.
Material Perception: Ceramics es una exposición que replantea el papel de la cerámica en la arquitectura contemporánea, presentándola no como mero revestimiento, sino como un medio expresivo capaz de reproducir texturas naturales como la piedra o la madera, y de generar estructuras, relatos culturales y experiencias sensoriales que invitan a cuestionar la autenticidad, el valor y la percepción de los materiales en el entorno construido.
1. Tor, estructura vertical postensada que desafía los límites del material
Inspirada en las formaciones rocosas erosionadas conocidas como tors, esta escultura vertical está compuesta por placas cerámicas de gran formato con acabado de mármol verde (Alpi Green), separadas por planos horizontales azulados que introducen ritmo y profundidad. Su disposición escalonada genera una tensión entre masa y ligereza, volumen y vacío. Pero más allá de su presencia escultórica, Tor representa una investigación técnica: ha sido postensada para explorar la capacidad estructural de la cerámica. Al comportarse como un sistema portante, desafía la idea tradicional del azulejo como mera piel, convirtiéndose en cuerpo arquitectónico autónomo.
2. Shards, fragmentos cerámicos como memoria de lo erosionado
Shards remite a fragmentos de roca desprendidos y suavizados por el paso del tiempo. Las piezas cerámicas que la componen están dispuestas a nivel del suelo como si fueran esquirlas geológicas o arqueológicas. Estas piezas de cerámica porcelánica, que reproducen texturas de materiales naturales, se convierten en objetos autónomos. Su apariencia fragmentaria habla de memoria, erosión y transformación, explorando la belleza de lo incompleto y lo vulnerable. Al retirar la cerámica de su función tradicional como revestimiento, la obra amplía sus posibilidades formales y expresivas.
3. Bricole, una torre cerámica que reinterpreta las señales náuticas venecianas
Inspirada en las tradicionales estructuras de madera que marcan las rutas navegables de la laguna veneciana, Bricole se reinterpreta aquí como una torre cerámica que reproduce vetas de madera natural. Su geometría escalonada, formada por módulos que se retraen progresivamente, recuerda a maquetas de rascacielos o estructuras verticales abstractas. La pieza conserva la dimensión simbólica de las bricole como elementos de orientación y permanencia, pero al ejecutarse en cerámica técnica -autoportante y precisa-, plantea un diálogo entre el paisaje veneciano y la innovación material contemporánea.
4. Circadian transition, un mural dinámico que transforma la percepción a través de la luz
Esta instalación mural interactiva se presenta como una superficie de láminas cerámicas con acabado tipo ónix, organizadas en un patrón angular plegado que recuerda a una persiana. A medida que el espectador se mueve frente a la pieza, los colores cambian sutilmente del azul al nácar, activando una transición cromática basada en estudios de fotobiología y neurociencia.
Esta pieza va más allá de lo visual: traduce el ritmo circadiano del cuerpo humano en una experiencia material, y demuestra cómo el diseño cerámico puede participar activamente en el confort ambiental. Esta instalación redefine la pared como un umbral dinámico de percepción, más allá de su función pasiva como elemento físico o estructural.