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El azulejo español renuncia a los márgenes para no subir precios

19.07.2013 13:44

El azulejo de Castellón cada vez se exporta más, pero lo hace a costa de bajar precios y, por lo tanto, a base de reducir el margen de beneficio por parte de las compañías. Algunas empresas lamentan esta situación desde hace meses porque está resultando “insostenible”, según revelan los empresarios consultados. Es el fruto de la guerra de precios que se vive en los mercados, tanto en el ámbito nacional como por parte de los competidores de terceros países productores.

Las últimas estadísticas oficiales de Ascer revelan que el sector suma indicadores positivos, como el de producción, que de enero a abril ha crecido otro 7,4%, o el de exportación, que en el primer cuatrimestre acumula un alza del 10,6%. Incluso ha comenzado la contratación de personal para el área de producción por parte de algunas empresas, algo que hacía meses que no ocurría, como ya informó en su día el periódico Mediterráneo a partir del testimonio de ETT. Sin embargo, en este expediente hay una mancha: el precio medio de venta es cada vez más bajo. Es decir, se factura más porque se venden más metros, pero cada vez se comercializan las baldosas más baratas, una situación que va a cargo de los márgenes de beneficios, que se están minimizando, ante la incapacidad de las empresas, en términos generales, de convencer a los mercados de que hay que pagar más por las propuestas del Made in Spain.

Los datos oficiales que manejan la patronal azulejera Ascer, y a los que ha tenido acceso este rotativo, lo corroboran. A marzo del 2013, el precio del metro cuadrado de baldosas cerámicas producidas en Castellón se vendía en el mundo a una media de 7,03 euros, una cifra que contrasta con los 7,14 €/m2 que se pagaban en marzo del 2012. Es decir, en un año, el precio del metro cuadrado ha caído en un 1,54%.

Ascer ya advertía a principios de año que este era el gran reto del sector, conseguir que los mercados internacionales entendieran que debían pagar más por el azulejo de Castellón. Pero la realidad demuestra que esto no es así, a pesar de que desde principio del ejercicio los costes de producción se han incrementado, especialmente con el tasazo del gas. La propia Ascer ha corroborado que “el aumento de costes no se ha trasladado al consumidor final”, como anunciaron en diciembre que ocurriría. Esto hace más vulnerable la continuidad de los negocios en la provincia, que puede agravarse por la posible incidencia de la reforma energética.

Y es que el estrechamiento de márgenes juega en contra de los empresarios. Los compromisos financieros continúan intactos, sino más altos, y tienen más difícil reinvertir en I+D o en la mejora de instalaciones. “Es una realidad muy complicada, puesto que, con la guerra de precios, si pides más dinero, los consumidores se van a comprar a la competencia”, indica un empresario de Onda.

Precisamente, la competencia de productos chinos, brasileños o mexicanos, basada en precios muy bajos, gracias a sus mínimos costes de producción, son la barrera que impiden que el azulejo de Castellón pueda cotizarse al alza, para no salirse del mercado.

Otro empresario de l’Alcora consultado por Mediterráneo también desmiente que esta bajada de precios sea fruto de una mejora de la competitividad: “Sí es cierto que las plantas están muy ajustadas, para que los costes sean mínimos, pero los precios bajan básicamente por la presión de los mercados”. Una situación que “urge” a cambiar porque “esto es insostenible”.