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"Barcelona es una joya que no están sabiendo trabajar"

24.10.2018 10:13

Fotógrafa y emprendedora social. Verónica Escudero nació en México pero lleva más de 20 años viviendo en Barcelona. Ha residido también en París, Roma y Nueva York. Durante más de dos décadas se dedicó a la fotografía editorial, artística, de arquitectura, y también al márketing inmobiliario. Así es como llegó a Barcelona, trabajando en el proyecto urbanístico más grande de Europa de finales de los 90: Diagonal Mar. Este año acaba de crear su nueva empresa, Philarthropic, una apuesta por el arte como herramienta social y emocional.

¿Qué significa el arte como herramienta social o emocional?  

A través del arte queremos beneficiar al mayor número de personas y transformar los espacios en los que habitamos, ya sea un espacio público, una casa, un hotel, un hospital. Nos interesa acercar el arte a un público que hasta ahora lo ha percibido como algo que no entiende o de lo que no sabe, como un lujo innecesario, o que carece de valores más allá de lo material. Nosotros le damos un valor y una historia fácil de entender y accesible para todos. Queremos conectar con las personas y con la ciudad a un nivel mucho más profundo. Nuestros proyectos benefician a la vez a las empresas y a sus clientes y nos permiten apoyar iniciativas sociales cuyo hilo conductor es el arte: arte terapia, intervención de espacios, campañas de concienciación, mecenazgo. Creamos un círculo virtuoso del dar y recibir a la vez. El cliente recibe un producto o servicio a la vez que aporta a la sociedad.

¿Por qué Barcelona como sede para crear Philarthropic? 

Yo vengo de la Ciudad de México, una de las ciudades más grandes del mundo. Soy una apasionada de la arquitectura, del espacio público, de cómo interactúa la gente con el espacio. Me he movido toda mi vida por los espacios para intentar sacar lo mejor de ellos, y Barcelona, para mí, tiene una consciencia arquitectónica enorme y es perfecta a nivel de escala: relativamente pequeña, pero con mar, montaña, desnivel. Poder divisar la ciudad entera desde la carretera de Les Aigües y estar a 20 minutos de la playa de la Barceloneta es único en el mundo. También está el legado de los edificios de otras épocas. Culturalmente y artísticamente es una ciudad muy potente.

¿Qué más le atrae desde el punto de vista profesional? 

Me gusta esta combinación de sensibilidad estética con buen hacer profesional que tienen los catalanes. Poseen una sensibilidad especial para cualquier trabajo. Son gente muy franca y honesta, what you see is what you get. Me gusta estar en un lugar donde siento que no me están vendiendo la moto. México es maravilloso energética y creativamente, con un servicio de los mejores del mundo, pero a nivel profesional nunca sabes muy bien lo que te quiere decir el mexicano.

¿No cambiaría nada de Barcelona?

En un mundo en el que las ciudades son las grandes protagonistas de las estructuras sociales, el equipo gestor de una ciudad tiene una influencia directa sobre la calidad de vida de sus habitantes. Barcelona es una joya que no están sabiendo trabajar del todo. Hay situaciones que se están yendo de las manos y que están haciendo que una ciudad que ha sido top 5 mundial, deje de serlo por completo.

¿Cómo puede regresar al pódium?

Creo que falta más colaboración público-privada y más comprensión por parte del gobierno del papel como motor de innovación y dinamismo que tienen las empresas instaladas en la ciudad. También falta más colaboración entre empresa y ciudadano. El mundo social a veces subestima la importancia de las empresas, aunque son quienes generan mejor riqueza para una ciudad.

¿Ha pensado alguna vez en regresar a Ciudad de México? 

México es maravilloso y culturalmente riquísimo pero la vida en la ciudad es muy dura. Demasiado grande y caótica, ha perdido una escala humana. Barcelona es mi hogar. Aquí he creado mi familia y he echado raíces, las cuales cada día son más sólidas y profundas. Me hace feliz.