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¿Cuáles son los frentes energéticos del azulejo de Castellón?

26.05.2021 08:10

El cambio climático y sus consecuencias en el planeta ya no son objeto de discusión. Las empresas de la cerámica tienen asumido el coste de emitir CO2 a la atmósfera para seguir con su actividad, pero consideran que las actuales normativas sobre esta materia suponen un lastre para la competitividad, que no les deja en igualdad de oportunidades respecto a otros países. Incluidos los europeos. Este es un repaso a los puntos más señalados, y las propuestas que plantea la industria.

Derechos de emisión

Quien contamina debe pagar. Es un razonamiento lógico ante aquellos consumidores de energía que no tienen todavía opciones de pasarse a un método más limpio. Pero el pago de los derechos de emisión es un mercado sujeto a los vaivenes especulativos. El pasado año, el precio por tonelada emitida era de 24,75 euros, mientras que la media actual ya alcanza los 41,29. A mediados de mayo se llegó a la cantidad de 55,49 euros, más del doble que en el 2020, aunque en los últimos días se ha producido un ligero descenso. Pese a ello, las expectativas de Ascer son de que este precio seguirá al alza. El presidente de Ascer, Vicente Nomdedeu, detalló que estos derechos pueden llevarse «el 27% del beneficio del sector» en este año. El triple de hace dos años.

El gas, más caro

La industria cerámica adoptó el gas natural como un sistema más económico y eficiente para fabricar baldosas, pero en los últimos tiempos pagan más por esta materia. El presidente de Asebec, Juan Vicente Bono, comenta que esta fuente de energía «está relacionada con la del petróleo, y si sube el petróleo arrastra al gas natural. Solo hay que acercarse a cualquier estación de servicio para comprobar el fenómeno. Tanto Ascer como Anffecc, que agrupa a los fabricantes de fritas, esmaltes y colores cerámicos, apuntan a que los costes del gas en España son «entre el 20 y el 25% superiores a nuestros competidores europeos».  

El fondo eléctrico

El Ministerio de Transición Ecológica ha elaborado una propuesta de fondo de sostenibilidad del sistema eléctrico español que incluye al gas natural entre las fuentes que deben contribuir al pago de inversiones para implantar energías renovables, cosa que antes no se daba. Este dinero se revertirá a los consumidores finales, que en el caso de las empresas azulejeras supondrá un impacto de 213 millones de euros para el periodo comprendido entre el 2021 y el 2025. El equivalente a un año completo de beneficios del sector. El azulejo ha alegado, al considerar que supondría una doble imposición, y que además les restaría músculo financiero para acometer las necesarias medidas de descarbonización. 

La cogeneración

La industria cerámica empleó las plantas de cogeneración eléctrica como una fórmula para generar electricidad a través del calor residual de sus hornos, y de paso mejorar su competitividad mediante la venta de esta energía. Una medida implantada en muchos países europeos. Durante el pasado año y el actual son ocho las plantas del clúster que han finalizado su vida útil, sin ofrecer alternativas. Desde Transición Ecológica se planteó una subasta de retribuciones a la cogeneración, pero de momento no se sabe en qué punto está la tramitación.  

Fondos europeos

El azulejo se lanzó a presentar manifestaciones de interés, con el fin de que los cambios medioambientales se aceleren mediante las inversiones de la UE. Entre las propuestas, la electrificación y el hidrógeno verde. No se saben los criterios que adoptará el Gobierno para proceder al reparto.