Consulta cuando quieras la edición en Papel desde el lector de PDFs.
Pulsa aquí
La empresa Juan Sastre Roca nació en Montuiri (Mallorca) en los años 60 y en 1975 se trasladó a Marratxí, donde hoy continúa su actividad con Joan y Miquel Sastre al frente del negocio de distribución de materiales para la construcción. La enseña cuenta con 14.000 metros cuadrados de instalaciones en Pont d’Inca.
--PREGUNTA. ¿Qué panorama ofrece a día de hoy el suministro de materiales en las Islas Baleares?
--RESPUESTA. La situación ha ido mejorando, a pesar de que somos conscientes de que el sector nunca volverá a los niveles de sobreexplotación de 2005-2009. Aquella situación de crecimiento y consumo desmedido afectaron de forma muy negativa a la isla y su recuperación, aunque ha sido sosegada, ya se empieza a entrever con datos de consumo positivos.
--P. ¿Lo peor de la crisis ya ha quedado atrás?
--R. Puede decirse que sí. Para nosotros lo más llamativo en los últimos meses ha sido la reactivación de la pequeña reforma que había estado adormecida durante mucho tiempo. Estamos aprovechando este nicho potencial, ya que por nuestro perfil de negocio, podemos atender a todas las fases de la reforma: desde el inicio, con el asesoramiento de los materiales y las soluciones adecuadas, el transporte de los productos, hasta la ejecución del proyecto.
--P. ¿Qué tipologías de producto o proyectos son las más demandados hoy?
--R. En las islas, por la tipología de clientela, las reformas de hostelería son determinantes. Además, como dato positivo, el parque hotelero aquí es muy amplio y algo envejecido, lo que posibilita la ejecución de bastantes proyectos de rehabilitación.
--P. ¿Qué factores tienen más en cuenta los clientes?
--R. Sin duda el precio es determinante, pero no es el único. La profesionalidad comercial en el punto de venta, así como la eficiencia, desempeñan un papel fundamental, además del surtido de producto y la batería de servicios adicionales.
--P. ¿Cómo colaboran las últimas tecnologías en incentivar las compras?
--R. Sabemos que el tipo de cliente y sus necesidades han ido cambiando. Esta evolución se ha instaurado por el cambio tecnológico que vivimos y con ello nos toca lidiar. Hemos remodelado nuestra política comercial y utilizamos, además de los canales de comunicación tradicionales, todos los virtuales en los que somos susceptibles de ser localizados por el nuevo consumidor. En paralelo a ello, considero que es importante privilegiar y cuidar ese toque familiar que nos caracteriza y nos diferencia de las grandes superficies.
--P. ¿Es la venta ‘on line’ una realidad en el sector?
--R. Es difícil prever hacia dónde irá la venta on line, pero de momento parece difícil que los materiales básicos se vendan mediante este canal. Y familias como la cerámica, el baño y todo lo relacionado con el equipamiento del hogar requieren de una visita a la exposición para ver de cerca el producto y sus acabados.
Los hábitos han cambiado, en el sentido que el cliente se informa en internet antes de realizar la compra, no obstante, y sobre todo en nuestro sector, la experiencia en el punto de venta sigue siendo significativa. Por ello, el perfil de almacén ha tenido que evolucionar hacia el concepto de tienda, cuidando los lineales, con elementos de PLV y más surtido de productos, junto al uso de técnicas de atención al cliente.
--P. ¿Qué aporta el distribuidor tradicional con respecto a las grandes superficies?
--R. Los comercios tradicionales nos diferenciamos por nuestro trato y asesoramiento, ya que procuramos ir más allá de la venta básica del producto, ofreciendo soluciones adecuadas. La formación de productos es imprescindible para nuestros equipos y, en ese sentido, tenemos el apoyo de BdB, que organiza de forma periódica jornadas técnicas y visitas a fábrica.
--P. Por último, ¿qué beneficios obtienen por estar adheridos a BdB?
--R. Asociarnos a una central nos ha aportado mayor profesionalización en gestión de compras, comunicación, formación… Pertenecer a un grupo como BdB es hoy clave para cualquier distribuidor. Las nuevas necesidades del sector han planteado un nuevo entorno, nuevos perfiles de clientes y la necesidad de reorientar estrategias.
Es una tarea dificultosa que, sin el apoyo de una central, sería inviable, ya que no dispondríamos de la capacidad de negociación y de comunicación de una marca común a casi 200 empresas que representan actualmente el Grupo BdB.