La patronal azulejera Ascer y los sindicatos ya se han sentado a la mesa para negociar el nuevo convenio de la cerámica. El del 2022, firmado a pocos días de finalizar el año, solo tenía de vigencia un ejercicio, por lo que en este 2023 -y es el tercero consecutivo- vuelve a ponerse en marcha esta maquinaria.
Del pacto entre las partes dependen las condiciones laborales de unos 16.000 empleados de Castellón, que trabajan en la principal industria provincial.
Una de las características que no cambia es la enorme discrepancia inicial existente entre las posiciones de los sindicatos y la patronal. Desde la parte de los empleados, representada por CCOO y UGT, se pide que los salarios estén adecuados al incremento de la inflación, y tengan como base el acuerdo estatal de negociación colectiva (AENC), que firmaron los sindicatos y la patronal CEOE, como punto de partida a los diferentes convenios sectoriales.
El AENC apuesta por un aumento salarial del 4% en el 2023, un 3% para el 2024 y un 3% en el 2025, con la posibilidad de aplicar un 1% adicional en el caso de que la inflación fuera superior a este incremento de sueldos. Esta medida fue la adoptada en otro convenio significativo para la industria, el del metal.
Mientras los sindicatos piden este acuerdo nacional como inicio de la negociación, desde la patronal Ascer señalan que el sector «no puede aplicar incrementos salariales en las cuantías que establece el AENC».
Añade que «a falta de una detallada valoración económica de cada una de las peticiones y de lo que supondrían en su conjunto, Ascer considera, y así se lo ha manifestado a los representantes de los trabajadores, que la propuesta ignora incomprensiblemente la grave crisis por la que está atravesando el sector, a pesar de que son plenamente conscientes de ella».
Afirman que la realidad del azulejo, marcada por la crisis energética y un descenso de la producción y las ventas, «no permite el crecimiento de los salarios en las cuantías y con las garantías que en el mismo se establecen». Para ello justifican: «Como dice el propio acuerdo, los negociadores deberán tener en cuenta las circunstancias de su ámbito para fijar las condiciones salariales, de tal manera que la aplicación de las directrices anteriores podrá adaptarse en cada sector o empresa, con situaciones muy desiguales de crecimiento, resultados o incidencia del incremento del SMI, teniendo como objetivo el mantenimiento y la creación de empleo».
La parte de los trabajadores no solo reclama la norma del AENC, sino que incluso reclaman que se iguale el incremento salarial a la inflación, con el fin de no perder poder adquisitivo. También reclaman una serie de mejoras, como la reducción de las horas anuales de trabajo y actuaciones de mejora de la conciliación.
Este jueves, día 20, tendrá lugar la segunda reunión del convenio, en el que las dos parte debatirán sobre las propuestas. Por el momento hay dos fechas más programadas en el mes de julio, y por la distancia entre los planteamientos, es de esperar que no haya avances significativos hasta después de las vacaciones.