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Industria

El gas natural y el petróleo se disparan tras el estallido de la guerra en Ucrania

El alza de los precios de ambas materias primas amenaza a las gasolinas y a la factura de la luz

25.02.2022 09:28

El inicio de los ataques por parte del presidente ruso, Vladimir Putin, a Ucrania, un día después de declarar la independencia de las regiones ucranianas de Donetsk y Lugansk ha disparado el precio del petróleo, el barril de Brent --la principal referencia petrolera en Europa-- ha aumentado un 5% y cotiza por encima de los 100 dólares, el precio más alto desde el año 2014; mientras el gas, según el mercado de futuros holandés TTF --la referencia gasista en el continente-- se ha llegado a disparar un 60% en las horas centrales del día hasta alcanzar los 144 euros, aunque todavía a cierta distancia de los niveles máximos cercanos a los 200 euros registrados en diciembre del año pasado.

A la espera de conocer el efecto que tendrán las anunciadas sanciones que pretende poner en marcha Bruselas para amortiguar el golpe económico del conflicto, los inversores se han echado las manos a la cabeza por el temor a que el presidente ruso cierre el grifo de ambas materias primas sobre las que Rusia tiene una notable influencia.

Según los datos de Eurostat, de 2017, el 40% del gas que se consumía en Europa provenía de Rusia, una cifra que supera el 30% en el caso del crudo, aunque el efecto de la dependencia de ambas materias primas sobre los distintos países europeos es muy diferente. En el caso español, la importación de petróleo en 2021 fue del 4,6%, según la Asociación de Operadores Petrolíferos (AOP), mientras la importación de gas ruso fue del 8,7%, según datos de la Corporación de Reservas Estratégicas de Productos Petrolíferos (Cores).

El incremento de los precios por la tensión en Rusia se suma a otras circunstancias. En el caso del petróleo comenzó en el tercer trimestre del año pasado, impulsado por una rápida recuperación de la demanda tras levantarse las restricciones por la pandemia del coronavirus ante el auge de la demanda, liderada por Asia, y la escasez de la oferta. Azuzado por el Kremlim, en las últimas semanas el crudo se instaló por encima de los 90 dólares.

Países como Iraq y Nigeria se niegan a acelerar el aumento de la producción para reequilibrar el mercado, mientras los principales importadores de petróleo han pedido a la Organización de Países Exportadores de Petróleo amplia (OPEP +), alianza de 23 naciones de la que forma parte Rusia, que produzca más rápido y presionen a países como Arabia Saudita para que agoten parte de su capacidad sobrante. La OPEP+ debe tomar una decisión, para bien o para mal, en su próxima reunión el próximo 2 de marzo, después de revisar nuevos datos sobre la oferta y la demanda.

Por otra parte, el país que dirige Vladimir Putin suministra alrededor del 40% del gas de Europa y buena parte de esta materia prima llega a través de un gasoducto que atraviesa Ucrania. El presidente ruso lleva meses dosificando gas para presionar a Europa. A esto se suma el anuncio de Alemania esta semana de suspender la certificación del Nord Stream 2, un nuevo gasoducto que transportaría gas a Europa a través de Alemania.

El canciller alemán, Olaf Scholz, decidió este miércoles paralizar el proceso después de que Moscú autoproclamase independientes las repúblicas del Donbás. «La situación ha cambiado», dijo entonces Scholz. El nuevo gasoducto está listo para entrar en funcionamiento a la espera de los certificados de operatividad, pero el canciller explicó que ha solicitado al Ministerio de Economía la retirada de un informe sobre la seguridad del suministro, un documento esencial para obtener la certificación final.

Seguridad de suministro

La comisaria europea de Energía, Kadri Simson, lanzó un mensaje de tranquilidad sobre la seguridad del suministro gasista esta semana en una visita a Madrid para reunirse con la vicepresidenta y ministra de Energía, Teresa Ribera. «La Comisión Europea está estudiando distintos escenarios si Rusia decide interrumpir parcial o totalmente las suministros a Europa. Pero para este invierno --que finaliza el 20 de marzo-- tenemos la situación bastante cubierta», aseguró Kadri Simson. Todavía más en el caso de España que, a falta de un mes para que finalice la temporada teóricamente más fría del año, cuenta con una almacenamiento subterráneo al 58%, según el operador del sistema gasista, Enagás. Esto se traduce en que si no llegara ni una gota de gas, el país podría ser autosuficiente durante aproximadamente 30 o 35 días.

La principal estrategia, tanto de España como del resto de Europa, es diversificar el suministro a través de otras vías de entrada como puede ser Noruega, país con el que esta misma semana se reunieron representantes de la Comisión Europea en este sentido.

En el caso de España, antes del invierno Enagás adjudicó el doble de slots (derecho de reserva para desembarcar gas natural licuado un día determinado en una planta determinada) este año hasta un total de 145 slots, muy por encima de los 86 barcos que llegaron en el invierno anterior.

Este mes de enero el 68,7% del suministro ha llegado por barco, a diferencia de enero del año pasado cuando llegó el 45,4% fue GNL. Solo el 5,8% del suministro fue ruso. Los principales países exportadores fueron Estados Unidos (34,6%) y Argelia (25,9%), según las cifras de la patronal Sedigas. Como medida preventiva, tras el inicio de la guerra, Enagás y el Ministerio para la Transición Energética han decidido ampliar en cuatro ‘slots’ más, según ha informado Enagás. «España anticipó esta situación y todavía podemos tomar más medidas porque aún hay capacidad para dar más slots a las plantas de GNL», aseguraba esta semana el presidente de Enagás, Antonio Llardén.

El principal problema a priori que se agudiza con este conflicto será el efecto del precio de ambas materias primas en la inflación que afecta directamente al bolsillo de los consumidores. De hecho, la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas) ha elevado un punto su previsión para la inflación media española este año, hasta el 5,6%, por el conflicto entre Rusia y Ucrania, y ha advertido de que si los precios actuales se perpetúan, el IPC llegaría a situarse en el 6,5%, casi dos puntos más que en la estimación preconflicto.

De momento, la primera consecuencia se podría ver a través de dos suministros básicos, la gasolina y la electricidad. En su declaración institucional, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, aseguró que el Gobierno español tomará «cuántas medidas sean precisas para mitigar el impacto económico y energético sobre la sociedad española y las empresas».