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Las empresas españolas con más de 50 empleados, obligadas a abrir un canal del ‘chivato’

Las compañías de entre 50 y 250 empleados tendrán que poner en marcha desde el 1 de diciembre una vía para denunciar las irregularidades normativas o la corrupción para cumplir con la Ley 2/2023

29.11.2023 11:24

Las empresas con más 50 trabajadores tendrán que habilitar a partir del 1 de diciembre un canal de denuncias para recibir ‘chivatazos’ sobre irregularidades normativas o casos de corrupción que se produzcan en la compañía, según la Ley 2/2023 de Protección de Informantes en España.

La medida afectará a 27.000 pymes, que conforman gran parte del tejido empresarial español. Hasta ahora solo las multinacionales o aquellas compañías que hubieran implantando por voluntad propia este canal eran las que contaban con esta herramienta para denunciar las malas praxis en el mundo corporativo. Pero ahora la mayoría de las empresas tendrán que habilitar esta herramienta por ley. «Los empresarios deben percibirlo como una manera de anticiparse a infracciones que puedan poner en peligro el negocio. Y muchos se lo están tomando de esta forma», indica Rafael Sánchez, socio de Compliance y Penal del despacho de abogados Fieldfisher. A pesar de las facilidades que existen para implantar el canal, Pimec, la patronal de las pequeñas y medianas empresas de Cataluña, asegura que esta nueva obligación supone un gasto extra y nuevo esfuerzo para los empresarios.

Las compañías tendrán que dotarse de un sistema informático para que se puedan cursar las denuncias y una persona que las gestione e investigue su veracidad. «Debe ser un empleado externo o alguien interno de la empresa. En algunas compañías esta faceta la ha asumido el responsable de Recursos Humanos, pero nosotros recomendamos que se gestione a través de un especialista externo a la compañía, para evitar conflictos de interés», explica Rafael Sánchez.

«El reto para las empresas es establecer este sistema para cumplir con la ley sin que suponga un gran esfuerzo económico añadido. Las compañías lo están recibiendo bien, al principio lo veían como un coste y una exigencia más, pero se están adaptando bien», señala Sánchez.

«Aunque existen soluciones para pymes a precios muy razonables, lo cierto es que que la incorporación del canal está suponiendo un coste adicional para las empresas, tanto porque hay que destinar recursos monetarios como personas encargadas de gestionarlo», señala Itziar Ruedas, directora del departamento jurídico de la patronal Pimec. Ruedas asegura que las empresas que ya venían aplicando políticas de compliance, pero para la gran mayoría incorporarlas ha representado un sobreesfuerzo. «No tanto por el coste del mismo, sinó por las implicaciones a la hora de dedicar recursos internos especializados (en las pymes, a día de hoy, raramente se cuenta con la figura de Compliance Officer)», señala.

La nueva ley introduce la exigencia de que el canal de denuncias esté abierto no solo para empleados, sino también para terceros ajenos a la organización, tales como clientes, proveedores o, incluso la competencia de la empresa. «No hay que tener miedo a las denuncias. El canal puede servir como una herramienta para anticiparse a los problemas y atajarlos antes de que puedan ocasionar un daño grave», asegura el especialista de Fieldfisher. Respecto a la parte técnica y la implementación del software necesario para el canal de denuncias, numerosas empresas ofrecen soluciones tecnológicas para implementarlo.

Además de las herramientas informáticas y la persona encargada del canal, las compañías también deben encargarse de diseñar la parte legal para la implantanción del canal de denuncias. «Hay que avisar a los empleados, explicarles lo que no está permitido, cómo deben utilizar el canal si detectan irregularidades... etc...». En el caso de que se reciba una denuncia, la compañía debe abrir un proceso de investigación en el que se aclare si se ha producido un caso de corrupción o hay indicios delictivos», explica Rafael Sánchez.

El responsable de Compilance de Fieldfisher señala que algunos de los casos relacionados con canales de denuncias que ha tratado han sido cuestiones relacionadas con la salud y la seguridad en el trabajo. «Estos problemas son más propios de los departamentos de recursos humanos, pero que copan el 80% de las cuestiones que recibimos», indica Rafael Sánchez. Otra denuncias tienen que ver como las críticas de algunos procedimientos de la empresa. Por último, y lo menos habitual, infracciones que pueden tener implicaciones penales. «Una persona que ha contratado para la empresa los servicios de un familiar o un conocido a un precio por encima del de mercado para beneficiarle, por ejemplo», explica Rafael Sánchez que asegura que el canal puede servir para detectar los fraudes que se producen en el marco de la empresa y evitar un mayor daño, como aquellos en los que la empresa acaba teniendo que ir a juicio.

Desde el próximo 1 de diciembre las compañías que no hayan implementado el canal de denuncias pueden enfrentarse a sanciones muy severas. Las multas pueden llegar a ser de hasta un millón de euros y las empresas pueden enfrentarse a sanciones complementarias, como la prohibición de obtener subvenciones durante un plazo de hasta cuatro años o la imposibilidad de contratar con el sector público hasta tres años. «Estos primeros meses serán de ajustes y las compañías tendrán que ver si está todo funcionando correctamente. Habrá que ir haciendo modificaciones sobre la marcha, pero es muy importante que las empresas se preparen porque el 1 de diciembre ya está aquí», avisa Rafael Sánchez.

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