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El nuevo ladrillo ‘refrigerante’ para enfriar las ciudades sin consumo eléctrico

Dos diseñadores suizos desarrollan bloc°, una solución cerámica basada en la refrigeración evaporativa capaz de reducir hasta 9 °C la temperatura ambiental en espacios públicos expuestos al calor extremo

Hace 4 horas

BARCELONA.El desafío climático se ha convertido en una prioridad para las ciudades. Durante los últimos años, el aumento de los termómetros en los meses estivales ha obligado a ingenieros y arquitectos a repensar cómo diseñamos nuestros espacios públicos. Las ciudades, debido a la inmensa cantidad de asfalto y hormigón, se transforman en acumuladores de energía térmica, creando un efecto conocido como «isla de calor». Ante esta problemática, la innovación tecnológica ha dado un paso al frente desde Centroeuropa. Dos jóvenes diseñadores de la Zurich University of the Arts (ZHDK), Andrin Stocker y Luc Schweizer, han presentado una solución disruptiva: un ladrillo refrigerante capaz de reducir la temperatura ambiental sin depender de la red eléctrica convencional.

Este proyecto, bautizado como bloc°, nace con la vocación de democratizar el confort térmico en espacios abiertos. Su premisa es sencilla pero ingeniosa: utilizar las propiedades naturales de materiales tradicionales combinados con tecnología moderna para crear microclimas agradables en paradas de autobús, plazas públicas o entradas de edificios concurridos. La propuesta busca ofrecer un alivio inmediato a los peatones que sufren el rigor del sol en entornos donde la sombra vegetal es escasa o inexistente.

La base científica de este invento recupera conocimientos utilizados por civilizaciones antiguas en regiones árticas y desérticas, adaptándolos al siglo XXI. El sistema se fundamenta en la refrigeración evaporativa, un principio físico mediante el cual el agua, al pasar de estado líquido a gaseoso, absorbe energía del aire circundante, reduciendo así su temperatura. Para lograrlo de forma eficiente, los creadores han optado por la terracota, un material cerámico altamente poroso que facilita la absorción y posterior liberación de humedad.

A través de técnicas avanzadas de impresión 3D, estos diseñadores han logrado modelar estructuras geométricas complejas que maximizan la superficie de contacto con el aire. Cada módulo funciona como una unidad independiente que integra tres componentes esenciales: la estructura de arcilla permeable, un depósito interno de agua y un pequeño ventilador solar. Este último elemento es crucial, ya que fuerza el paso del aire caliente a través de los canales húmedos del ladrillo, acelerando el proceso de evaporación y proyectando una brisa fresca hacia el exterior. Gracias a este mecanismo, las pruebas iniciales han arrojado resultados esperanzadores, registrando descensos de temperatura de hasta 9 °C en la salida del aire, una cifra que podría transformar la habitabilidad de las ciudades en verano.

$!El proceso de creación de bloc°.

Respuesta modular a las islas de calor urbanas

La diferencia térmica entre el centro de una ciudad y sus zonas rurales periféricas puede llegar a superar los 10 °C debido a la absorción de radiación por parte de los materiales de construcción oscuros. Combatir este fenómeno requiere soluciones que se puedan implementar de forma rápida y flexible. El diseño de bloc° destaca precisamente por su modularidad. Las piezas están concebidas para ensamblarse unas con otras, permitiendo levantar desde pequeños muros bajos junto a un banco hasta estructuras más altas que funcionen como separadores de ambientes en terrazas o parques.

Su instalación prescinde de obras complejas o cableado subterráneo. Al contar con un sistema de alimentación basado en energía solar, cada ladrillo opera con total autonomía energética. Además, la gestión del agua se ha resuelto de manera inteligente: los módulos pueden conectarse a la red municipal si es necesario, pero su diseño exterior también está pensado para recolectar el agua de lluvia, canalizándola hacia el depósito interno para su posterior uso en los días calurosos. Esta capacidad de autosuficiencia lo convierte en una herramienta ideal para zonas con recursos limitados o infraestructuras deficientes.

Hacia un futuro de arquitectura bioclimática

El horizonte de aplicación para este invento suizo es vasto y prometedor. Los expertos coinciden en que este tipo de tecnologías no pretenden sustituir a la naturaleza, sino complementarla allí donde plantar árboles resulta inviable por falta de espacio o sustrato. Se trata de una herramienta adicional en el arsenal de la arquitectura bioclimática. Las próximas fases del proyecto contemplan ensayos a gran escala en exteriores para validar su durabilidad y eficacia bajo diferentes condiciones de humedad ambiental y radiación directa.

Existen planes para explorar la integración de estos ladrillos en las fachadas de los edificios, lo que podría contribuir a enfriar el aire antes de que entre en las viviendas, reduciendo así la dependencia del aire acondicionado convencional. También se evalúa su uso en grandes espacios interiores, como naves industriales o estaciones de tren, donde la climatización tradicional supone un coste energético desorbitado. Con iniciativas como esta, el diseño industrial demuestra que es posible mitigar los efectos del calentamiento global mediante soluciones que combinan sostenibilidad, estética y funcionalidad.