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El arte del mosaico hidráulico en Catalunya
Cuando alguien entra en la Biblioteca de Can Manyer, edificada en una antigua nave industrial de Vilassar de Dalt, su mirada enfoca directamente al suelo. La belleza de ese mosaico de baldosas dispares, diseñado en 1905 con excedentes de fábricas por el arquitecto Bonaventura Bassegoda, es tal que da apuro pisarlo. Es el pavimento elegido para la portada de L’art del mosaic hidràulic a Catalunya (Viena Edicions), libro al que el maquetista Jordi Griset ha dedicado más de 15 años para catalogar artistas, factorías, edificios que los conservan, estilos y dibujos de un arte modernista que cada vez esta más valorado.
Andando de noche, Griset descubrió en 1996 un contenedor de una obra repleto de baldosas hidráulicas. Salvó las que pudo y en ese momento surgió un amor a primera vista que el tiempo ha hecho más fuerte. Coleccionista empedernido, cuenta con 600 modelos de rajoles , un centenar de catálogos de fábricas y gran variedad de moldes y de herramientas. «La intención de este libro es llenar un vacío bibliográfico injusto e inexplicable sobre el mosaico hidráulico», dice Griset.