Desconectar
Actualidad

El azulejo de Castellón da un paso adelante en sostenibilidad

04.06.2019 16:40

El sector español de la baldosa cerámica, representado en un 90% por la asociación Ascer, se ha volcado en los últimos años en la mejora del impacto ambiental de sus procesos productivos y de sus propios productos cerámicos.

Coincidiendo con la semana del Medio Ambiente, Ascer ha presentado la Declaración Ambiental de Producto (DAP) sectorial, registrada bajo el sistema GlobalEPD de AENOR. El Instituto de Tecnología Cerámica (ITC), con quien Ascer colabora estrechamente, ha desarrollado el trabajo técnico para crear esta etiqueta ecológica de la baldosa cerámica española.

Esta etiqueta permite evaluar el Ciclo de Vida de los productos y su impacto sobre el medio ambiente. La cerámica española se exporta en un 75% de sus ventas anuales, por lo que es destacable que esta Declaración es un distintivo reconocido internacionalmente, permitiendo realizar comparaciones entre los diferentes países productores.

La industria española ha realizado grandes esfuerzos e inversiones para conseguir reducir sus emisiones en la producción, reducir el consumo de agua y de recursos, promoviendo la economía circular, y ser más eficiente energéticamente. Para ello, en los últimos años se ha innovado e invertido intensamente en los procesos de producción para optimizar el proceso de cocción de las baldosas; introducir residuos en sustitución de materia prima virgen; se ha utilizado la tecnología de la cogeneración para aprovechar la eficiencia de generar a la vez calor y electricidad, que posteriormente se utilizan en las fábricas; y se está empezando a contar con fuentes renovables para determinadas partes de la producción.

Se trata además por su naturaleza de un sector que puede valorizar casi el 100% de los residuos generados en su proceso productivo, y esta gestión eficiente le permite además ser un sector que no genera ningún tipo de aguas residuales, lo que se conoce como “vertido cero”. Gracias a este esfuerzo de investigación y en inversión, el sector azulejero español logra reciclar internamente hasta 1.200.000 toneladas de residuos al año, reduciendo así la necesidad de materias primas, y favoreciendo por tanto una economía circular.

Por otro lado, la apuesta de la I+D en sostenibilidad no se queda solo en los procesos sino también en los propios productos, de hecho, un gran número de empresas pertenecientes a ASCER ofrecen productos versátiles que van más allá de la mera decoración y dan respuesta necesidades constructivas que aportan sostenibilidad a la edificación.

La capacidad de conducción térmica de la cerámica se está aprovechando para la instalación de sistemas de calefacción radiante que reducen el coste energético en la climatización del hogar gracias a la inercia térmica del material. Las características de la cerámica permiten mejorar el rendimiento de fachadas ventiladas, gracias a su capacidad para aislar del agua y de la temperatura exterior, facilitando el ahorro energético. Además, los nuevos sistemas de anclaje y sus múltiples posibilidades (colores, acabados, formatos…) hacen que las fachadas ventiladas cerámicas sean una solución muy utilizada en edificación sostenible.

Para su uso sobre las fachadas de nuevas construcciones ya se están comercializando en España láminas cerámicas capaces de "descontaminar" el aire de nuestras ciudades de partículas perjudiciales de óxido nitrógeno (NOx) e incluso se han desarrollado superficies autolimpiables con cerámica que contribuyen a reducir notablemente el consumo de agua y detergentes necesarios para la conservación y limpieza. Todo ello gracias a nanopartículas que confieren a la baldosa un efecto fotocatalítico, es decir, que reacciona con la radiación ultravioleta del Sol, produciéndose una oxidación que destruye la materia orgánica en contacto con la superficie.

El uso del azulejo cerámico va más allá y se sitúa en los espacios urbanos, donde en localidades como Benicàssim se está trabajando en la instalación de pavimentos permeables con un sistema de drenaje cerámico que reutiliza productos almacenados de bajo valor comercial. Se consigue así evitar inundaciones urbanas y almacenar agua de lluvia para ser después utilizada como agua de riego.