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El azulejo de Castellón rompe récords en la exportación

14.05.2014 09:59

La industria azulejera de Castellón es el ejemplo en mayúsculas de cómo los sectores industriales de la provincia han iniciado la senda de la recuperación. No es el único. Hay otros que también están registrando cifras positivas desde hace meses, pero ninguno tiene el alcance del clúster cerámico por su capacidad para mantener puestos de trabajo o para la generación de riqueza.

Las empresas azulejeras de Castellón se han caracterizado por su rápida capacidad de adaptación a la coyuntura de crisis, de modo que sus principales indicadores comenzaron a crecer ya hace muchos años, a pesar de que los efectos de la crisis, en términos generales, todavía continuarían muchos ejercicios más. Los ejemplos son varios: en el caso de la producción, los hornos de las empresas comenzaron a incrementar su actividad ya en el año 2009, manteniendo consolidada una tendencia al alza que continúa cinco años después --el dato de marzo reveló un nuevo récord de crecimiento, del 17,1%, como ya informó Mediterráneo la pasada semana--. Lo mismo ocurre con las cifras generales de negocio, que mantienen un ritmo ascendente desde el año 2010, cuando tocaron fondo, y se situaron en 2.548 millones de euros. Hoy ya alcanza los 2.793 millones de euros del pasado ejercicio 2013.

Las estadísticas acreditan, pues, que el sector azulejero de Castellón lleva ya años de imparable progresión ascendente. Sin embargo, y pese a los esperanzadores resultados, es justo reconocer que el conjunto de la industria aún está lejos de haber recuperado sus niveles previos a la crisis.

TODAVÍA LEJOS // En el año 2007, la producción de las azulejeras era de 584,7 millones de metros cuadrados anuales, 160 millones más que ahora. Pero la cara que mejor recuerda que la crisis todavía no ha pasado de largo es la cifra de negocio en el mercado doméstico. De hecho, y pese a que llegó a representar el 50% de todo el negocio, con el estallido de la burbuja inmobiliaria no solo se ha contraído desde el año 2007 en más de un 70%, sino que todavía no ha tocado fondo. De ahí que el presidente de Ascer, Isidro Zarzoso, ha reiterado en las últimas semanas que “no” se puede hablar de “recuperación”, y que esta no se producirá “hasta que se recupere el mercado español”.

De momento, el sector vive del tirón de la demanda exterior, que le ha permitido cerrar el último ejercicio 2013, a pesar de haber sido un año muy difícil desde el punto de vista económico a nivel mundial, con un récord de pedidos por valor de 2.240 millones de euros, prácticamente al mismo nivel en el año 2007.

Es este imparable auge comercial en los mercados internacionales el que, finalmente, ha permitido estabilizar, por fin, el empleo en el sector, cerrando el año 2013, por primera vez, en positivo. Fueron solo 10 más, pero se rompía así una tendencia a la baja que, si bien se había ralentizado al máximo, todavía no era en positivo. En la actualidad se estima que el sector emplea de manera directa a unos 14.300 trabajadores, frente a los 15.500 que había en el año 2011 y los más de 21.000 que tenía antes de la crisis, a los que cabían sumar los puestos indirectos.

FRENTES ABIERTOS // En la actualidad, el sector mantiene unas buenas expectativas para este año, aunque estas se pueden ver frustradas por varios aspectos. Uno sería la inestabilidad política que se está generando en algunos mercados estratégicos, como los países del Este. Otro, y no menos importante, es la reforma eléctrica que está imponiendo el Gobierno, y que puede terminar con un sobrecoste en la factura de costes de más de 50 euros anuales. El sector está expectante.