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El azulejo trasladará en breve sus exigencias energéticas al Gobierno central

31.05.2021 08:04


Adaptar los plazos para la drástica reducción de emisiones de CO2 prevista en el año 2030. El golpe para la competitividad que supondrá el coste del nuevo fondo eléctrico. O la escalada de precios en los mercados de compra de emisiones. Estas y otras preocupaciones son una constante en las reivindicaciones del sector azulejero de Castellón, pero hasta ahora no se han podido formular al área del Gobierno que se encarga de las políticas medioambientales, el Ministerio de Transición Ecológica. Después de varias peticiones, ya hay una fecha para ello.

Será el próximo jueves cuando la secretaria de Estado de Energía, Sara Aagesen, mantenga un encuentro telemático con representantes de la Asociación Española de Fabricantes de Azulejos y Pavimentos Cerámicos (Ascer). Así lo indica la agenda semanal del ministerio, que ya hace dos semanas anunció una reunión similar, programada para el 20 de mayo y que finalmente fue aplazada. Otro dato a tener en cuenta es que en aquella ocasión, el interlocutor por parte de Transición Ecológica era el secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán.

Fondo eléctrico

Uno de los principales motivos de preocupación es el Fondo Nacional de Sostenibilidad del Sistema Eléctrico. Recientemente, tanto Ascer como la entidad que agrupa a los fabricantes de fritas y esmaltes cerámicos, Anffecc, transmitieron su rechazo a esta medida que piensa implantar el Ejecutivo, ya que parte de los costes para implantar las energías renovables en España irá a cargo de las empresas energéticas, que a su vez repercutirán este dinero en sus clientes. Ascer calculó que en el periodo del 2021 al 2025 el impacto en el sector será de 213 millones de euros, que equivale a los beneficios totales de un año.

El clúster azulejero se suma a las quejas de la Alianza por la Competitividad de la Industria Española. Un colectivo que incluye a las entidades de automoción, refino, papel, química y farmacia, alimentación y bebidas, cemento y siderurgia. Todos ellos coinciden en que los sobrecostes suponen un freno a la competitividad de todos estos sectores, que en el caso del azulejo exporta el 76% de sus productos, y que por tanto puede perder atractivo en los mercados internacionales. Tanto Ascer como Anffecc detallaron que las consecuencias pueden ser la pérdida de beneficios, competitividad y empleos, además de aumentar el riesgo de deslocalización.

Desde la patronal cerámica se quiere que haya una mesa de diálogo con Transición Ecológica y el Ministerio de Industria para exponer todas sus peticiones. El presidente de Ascer, Vicente Nomdedeu, confió en que antes de que acabe el año esté en marcha.

Sin alternativas

Otro interrogante sobre el futuro del sector es la obligación de disminuir en un 55% las emisiones de CO2 en el año 2030. En estos momentos, la cerámica usa el gas natural para fabricar sus productos, y esto tiene efecto en la huella de carbono, por la que abona unos derechos de emisión cada vez más altos.

 «Nuestra industria requiere de una intensidad térmica alta y no hay alternativas técnicas viables a esos procesos. Hay industrias que sí pueden acometer ese cambio más fácilmente y que puedan sustituir el gas por electricidad con menores problemas», señalan desde Ascer. Por esto «necesitaremos más tiempo para alcanzar esos objetivos», una propuesta en la que también incluyen a las empresas de fritas y esmaltes. 

Cogeneración

Las plantas de cogeneración lograron mejorar la eficiencia energética de la industria cerámica, al convertir el calor residual de los hornos en electricidad que se aportaba a la red. Una fórmula que ayudaba a elevar la competitividad de las fábricas. El sector reclama que se amplíe la vida útil de las instalaciones, aunque desde el Gobierno no hay novedades sobre el futuro de un recurso muy empleado en toda Europa. 

Trato desigual de los ministerios

El presidente de Ascer, Vicente Nomdedeu, lo explicó de forma clara durante la celebración de las jornadas telemáticas de Cevisama On. « Los problemas relacionados con la energía y el medio ambiente no corresponden al Ministerio de Industria, sino a la puerta de enfrente, la de Transición Ecológica». Los empresarios han afirmado en varias ocasiones que la relación con la ministra de Industria, Reyes Maroto, es fluida. De hecho, en los últimos meses ha acudido en dos ocasiones a Castellón, y ha mantenido contacto con los azulejeros. Primero, en febrero, con la presentación del estudio de impacto económico del clúster. Y el 6 de mayo, con motivo de la asamblea de la Confederación de Empresarios de la Comunitat Valenciana. Maroto fue la ministra que intervino en este acto celebrado en la UJI, y que contó con la asistencia del rey, Felipe VI.

Por su parte, la titular de Transición Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera, también estuvo en la provincia recientemente, cuando en marzo presentó medidas relacionadas con la despoblación. Fue una oportunidad para mantener un encuentro con la industria cerámica y exponer cómo afectan las novedades medioambientales al sector, pero en aquella ocasión no se produjo este acercamiento. «Industria entiende nuestros planteamientos, pero no el otro ministerio», comentó el presidente de Ascer, quien aprovechó el evento virtual organizado por Cevisama para lamentar que no todos los ministerios «ven a la industria de la misma forma».