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Una vivienda modular que por el día es oficina y por la noche, un hogar común; un hotel que reconvierte sus habitaciones en espacios de coworking de lunes a viernes y los fines de semana recibe a turistas; una oficina entendida como punto de encuentro de empleados y no como centro de trabajo; o una tienda física orientada a la experiencia del usuario, pero que anima a la compra de sus productos por internet. Puede parecer que describimos los espacios que habitaremos en el futuro, pero estos cambios ya han llegado.
Y es que la crisis sanitaria ha acelerado la implantación de muchas tendencias que hubiesen tardado años en desarrollarse. Un ejemplo evidente es el teletrabajo, una nueva realidad a la que han tenido que adaptarse los espacios y que ha transformado el concepto de viviendas, oficinas, hoteles y tiendas como los conocíamos hasta ahora. Esta es una de las principales conclusiones del estudio “The new habitat. Los espacios que habitamos en la realidad pospandémica”, realizado por APE Grupo en colaboración con future-A y que se ha presentado en Casa Decor.
El informe constata cómo ha influido la crisis del coronavirus en el diseño de los diferentes espacios que habitamos: hogares, oficinas, hoteles y tiendas. Para su realización se ha llevado a cabo una investigación de tendencias en el ámbito internacional y se ha analizado la opinión de 180 expertos españoles del diseño de interiores y la arquitectura.
“En este momento de inflexión estratégica, la innovación es necesaria para adecuarnos a los desafíos a los que nos enfrentamos como sociedad”, ha asegurado José Miguel Pellicer, CEO de APE Grupo. “Estamos viviendo un periodo de incertidumbre, por lo que en APE Grupo sentimos el deber de investigar y compartir este conocimiento” a través de un documento “pionero en el sector que anticipa los cambios más significativos en viviendas, oficinas, hoteles y comercios, es decir, nuestros espacios vitales”, concluye.
La introducción de un concepto como el Hoffice (Home Office), obligará a planificar los hogares para la conciliación entre trabajo y vida personal, lo que supondrá la búsqueda de soluciones que integren y escondan la oficina de una forma sencilla, productos flexibles que tengan múltiples usos, tanto para el trabajo como para las facetas privadas de la vida.
En concreto, entre los criterios que priorizan los arquitectos y diseñadores de interiores españoles a la hora de diseñar la vivienda del futuro destaca su apertura al exterior, la flexibilidad del espacio interior y la sostenibilidad.
De ahí que un 37% de los profesionales del sector crea que la oficina será el espacio más importante para aplicar criterios de flexibilidad, por encima de la vivienda, los hoteles o las tiendas. Las oficinas se transformarán en ‘Hub & spoke’: espacios de encuentro para fomentar el trabajo colaborativo, capaces de generar interacción entre las personas. El espacio se dividirá en zonas destinadas a diferentes usos: espacios de concentración, zonas de brainstorming, salas de trabajo colaborativo, talleres… Así, entra en crisis la capacidad de concentración de los modelos abiertos tan extendidos en los últimos años y que ahora se cuestionan a favor de modelos más compartimentados.
Por otro lado, la crisis sanitaria ha provocado un aumento en la toma de conciencia sobre la importancia de crear espacios de trabajo saludables, que apoyen el bienestar físico y emocional de todos los usuarios de la oficina.
Además, los centros de trabajo están evolucionando muy rápido hacia un ecosistema de espacios flexibles diseñados para múltiples actividades, donde la interacción humana tomará un papel vital. Así, las oficinas reconfigurarán su espacio para convertirse en ‘More than an office’ o, lo que es lo mismo, en espacios hibridados con otros modelos (comercial, cultural, eventos…). Se trata de una visión más interdisciplinar del trabajo, que genera nuevas e inesperadas interrelaciones entre empresas y proyectos de distinta índole.
En cualquier caso, el sector hotelero ha sido uno de los más castigados durante la crisis sanitaria al perder la conexión con su cliente internacional, lo que ha obligado a generar estrategias para diversificar su negocio. Hasta ahora, los hoteles eran espacios que, en cierta manera, vivían al margen de la ciudad; tras la pandemia han tenido que convertirse en núcleos de socialización y están buscando un nuevo papel como entidades culturales, sociales y económicas.
El hotel ya no quiere ser un espacio destinado en exclusiva al turista o viajero de negocios, sino que quiere lograr un posicionamiento como espacio conectado a su entorno y convertirse en un ente participativo en los lugares en los que se ubica. Se replantea su funcionalidad, impulsado por la necesidad de diversificar el negocio y desarrollar fortalezas ante crisis como la actual, pero también como un cambio necesario para convertirlos en lugares híbridos y cambiantes, asumiendo nuevas funciones.
Así se generan espacios combinados entre hotel y oficina, donde los cada vez más numerosos teletrabajadores encuentran los servicios adecuados a sus necesidades; es decir, lo que se conoce como workspitality. Estos modelos serán muy importantes en la oferta hotelera de los próximos años, según opina un 69% de los profesionales del sector. De hecho, los diseñadores de interiores y arquitectos españoles valoran muy alto (un 8,1 sobre 10) la oportunidad de negocio del teletrabajo para los hoteles.
Asimismo, los espacios físicos de venta cobrarán mayor importancia como lugares para entrar en contacto con la marca y sus valores. Las previsiones indican, que en este entorno de comercio omnicanal, las tiendas pasarán a ser ‘laboratorios de experiencia’ más orientados a los servicios y la prescripción que a la propia venta. Esa experiencia en la tienda será la cuestión más importante a la hora de diseñar el espacio para 4 de cada 10 profesionales del sector de la arquitectura y la decoración. Aunque también priorizan la introducción de la tecnología (21%), la exposición del producto (14%) o la flexibilidad del espacio interior (9%).
Respecto a la ubicación de las tiendas, tras la pandemia el gasto de los consumidores se ha desplazado del centro de las ciudades y los centros comerciales a los barrios locales. En el caso de las marcas, les queda demostrar que han tenido en cuenta el estilo de vida y la rutina de los clientes de las zonas o barrios a los que se quiere llegar, adaptando la oferta a la ‘tienda hiperlocal’.