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Los expertos vaticinan más fusiones en el azulejo de Castellón

17.02.2020 10:27

La concentración empresarial se ha convertido en uno de los conceptos más mencionados a la hora de referirse al clúster azulejero de Castellón. El 2020 apenas lleva siete semanas en marcha, y ya se han producido cinco operaciones de cambios de accionariado. La más reciente se dio a conocer el lunes, con la adquisición por parte del gigante Pamesa del 50% de las acciones de Argenta y de Cifre.

El de este arranque de año no es un fenómeno aislado, porque a finales del 2019 se anunció la compra de la división de esmaltes de la multinacional Ferro por parte de Esmalglass. Por un lado, las compañías están cada vez en menos manos, y a ello se une la entrada de capital extranjero, aunque dos terceras partes del volumen del sector se mantiene en familias de la provincia estrechamente ligadas al negocio.

Los expertos consideran que esta dinámica va a continuar, ya que es la forma de ganar tamaño y aumentar la competitividad ante los retos de futuro. Desde la consultora Deloitte, Gerardo Yagüe lo ve como «imprescindible» y compara los casos más recientes como «remover un avispero, que hace que las familias tradicionales tomen posiciones».

El decano del Colegio de Economistas, Jaime Querol, apunta a que la agrupación empresarial «es necesaria, porque ayuda a reducir costes de estructura», de modo que el producto resultante aporte más calidad con un control de los precios. En cuanto a los efectos sobre el empleo, cree que no habrá pérdidas, «y estos procesos ayudarán a contar con profesionales de mayor cualificación». En este sentido se mueve el director gerente de la Cámara de Comercio, Javier Valls, quien considera que la influencia en el ámbito laboral «no será relevante».

DIFERENCIAS

Este fenómeno supone nuevos posicionamientos. Valls incide en que un mercado basado en menos empresas y de mayor volumen «obliga a las pymes a cambiar de criterio: para seguir al margen de este proceso habrá que sumar valores añadidos o especializarse en un nicho de mercado muy concreto. Otro punto de vista es el del catedrático de Organización de Empresas de la UJI, Xavier Molina, quien valora «el aumento de eficiencia que tienen las fábricas más grandes, pero esto puede conllevar que dejen de estar tan abiertas a la sociedad que las rodea como ahora». Aún así, el proceso se ve imparable. El presidente de la patronal azulejera, Vicente Nomdedeu, ya reflexionó hace unos meses sobre ello. «Con mayores dimensiones, somos capaces de hacer economías de escala más grandes y ser más productivos», apuntó.

A lo largo de la historia, las industrias han tenido que mostrar su capacidad de adaptación a las circunstancias. Uno de los fenómenos más relevantes fue el aumento de la calidad y el valor añadido para hacer frente a la competencia de terceros países. Una filosofía que se resume en la denominación de Tile of Spain. Ahora, la mirada está puesta en la expansión a otros mercados.

Los datos de Ascer correspondientes al segundo semestre del pasado año indican que los Estados Unidos le pisa los talones a Francia como principal comprador de los azulejos de nuestro país. Las ventas fueron de 279 millones de euros, con un aumento del 17%; solo superadas por el país vecino, que facturó 302 millones. Para Gerardo Yagüe, «hablamos de un destino fundamental, al que hechos como el veto a los productos de China han puesto nuestro foco, y para mantenerlo hay que lograr que la clase política y empresarial sean capaces de mantener unas buenas relaciones».

Xavier Molina remarca que España «es, junto con Italia, líder en innovación y diferenciación, por lo que son los referentes en el segmento más alto», algo que debe ser determinante para crecer «sin depender del mercado doméstico y de las consecuencias que vinieron tras el final del boom de la construcción en nuestro país». Jaime Querol explica que todo esto forma parte de los desafíos ligados al proceso de concentraciones, y que en este momento «hay mucho por hacer» para reforzar el músculo empresarial del azulejo.

EL PAPEL DE LOS FONDOS

Dos de los tres grandes grupos del sector en Castellón, Porcelanosa y Pamesa, siguen en manos de gente que ha dedicado su vida a este tipo de productos. En otros casos han entrado compañías extranjeras, como la británica Victoria al adquirir Kerabén, Saloni e Íbero, en tres operaciones distintas. Los fondos de inversión constituyen un nuevo actor, al formar parte del accionariado. El caso más abultado es el del fondo norteamericano Lone Star, que cerró hace tres años la operación más abultada del sector, con la compra de Esmalglass por 605 millones de euros, a los que hay que sumar los 417 abonados por Ferro en el 2019.

Javier Valls opina que si este tipo de compañías se fijan en Castellón «es porque lo ven atractivo», aunque sus políticas de compras y ventas discurren en ocasiones al margen de la rentabilidad. Xavier Molina habla del carácter especulativo de parte de estos fondos, aunque Gerardo Yagüe destaca que en numerosas ocasiones «su llegada sirve para establecer dinámicas positivas». Además, los flujos que mueven a las inversiones «son iguales en todo el mundo, y esto no tiene por qué ser malo», apostilla. La concentración es otro episodio en la historia azulejera de Castellón, caracterizada por su adaptación a los tiempos.