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El 'ladrillo' se contagia del optimismo y crea 133 empleos al mes en Castellón

13.07.2015 18:38

El ladrillo ha sido el símbolo de la crisis. El estallido de la burbuja inmobiliaria reflejó como pocos los excesos de un país que todavía hoy sigue pagando las consecuencias de la recesión. Y en Castellón ocurre más de lo mismo. El sector de la construcción ha sufrido como nadie la virulencia de esta depresión económica. Basta un dato para entenderlo: A finales del primer semestre del 2007, el mejor momento del mercado laboral provincial, 42.564 personas estaban ocupadas en este sector. Ocho años después, hay 12.293 trabajadores en esta rama de actividad. Por el camino, algo más de 30.000 personas fueron expulsadas de un sector que en poco tiempo se hizo añicos.

Ocurrió así hasta hace tan solo unos meses, porque desde que ha empezado el año las cosas han empezado a cambiar. La ocupación en el que fuera uno de los grandes motores económicos de Castellón ha aumentado en 794 personas, al pasar de los 11.499 trabajadores de diciembre del 2014 a los 12.293 de junio de este año, según los últimos datos del Ministerio de Empleo. O lo que es lo mismo: 133 empleos al mes. Es cierto que el ritmo de contrataciones es mucho menor que en sectores como la hostelería, el comercio o la industria, pero que el ladrillo cree empleo neto en la provincia por primera vez es síntoma de que se ha tocado fondo.

Si se crea empleo es porque hay más actividad. Y las empresas confirman también que en el sector se respira un poco más de alegría. Hay empresas, fundamentalmente las que se dedican a las pequeñas construcciones y reformas y a la obra pública, que ven la luz al final del túnel. “Las familias parece que tienen un poco más de confianza y algunas han decidido emprender alguna reforma en sus casas o comprar solares donde edificar una vivienda. Y ahí está una de las explicaciones del alza de la actividad”, apunta Ramón Arenós, portavoz de la Asociación Provincial de Empresas de la Construcción de Castellón (APECC). La otra pata sobre la que se sustenta la ligera mejoría del sector viene de la mano de la obra pública. “Antes de las elecciones, muchos alcaldes decidieron arreglar aceras y calles y eso también nos ha dado cierto respiro”, añade.

Ese respiro al que alude el responsable de la patronal de la construcción lo empiezan a percibir también los profesionales del sector. Paco García lleva 40 años como albañil. Junto a su hermano y a su hijo está al frente de una pequeña empresa especializada en reformas y pequeñas obras. “Hemos tenido épocas malas, muy malas, pero desde el pasado mes de enero las cosas están empezando a cambiar. Ahora tenemos más trabajo. En estos momentos estamos acabando la reforma de un piso en Castellón y en quince días empezamos las obras en un local del centro”, cuenta este autónomo. Para poder trabajar a buen ritmo, Paco confiesa que han tenido que revisar los precios. Y no poco. “Los hemos ajustado al máximo. Lo que antes constaba 10 ahora lo hacemos por 5 ó menos. Hay muchísima competencia”, sentencia.

TURISMO Y VIVIENDA

Las pequeñas obras están permitiendo a una parte del sector empezar a salir del pozo, porque la construcción de grandes promociones sigue a cero. “Como mucho se están haciendo proyectos de cuatro o cinco viviendas. Nada más”, reconoce Arenós. Y es que mientras que en provincias como Alicante o Málaga la construcción de vivienda nueva sigue ofreciendo síntomas de recuperación, aquí todavía no repunta. “La única oportunidad que tenemos es que se potencie más el turismo, ya que el grueso de quienes demandan viviendas nuevas en Alicante son extranjeros. Nuestra esperanza es que con las nuevas infraestructuras, el turismo internacional despegue y vuelva a construirse”, sentencia.

Pero aunque el ritmo de reformas se mantenga al alza y el turista extranjero empiece a demandar viviendas, los empresarios tienen claro que volver a los 42.000 trabajadores del 2007 va a ser imposible, ni siquiera a muy largo plazo. “Aquello fue un calentón y por eso la caída ha sido tan brutal. Nuestro objetivo es llegar a un término medio entre los 42.000 de antaño y los 12.000 de ahora”, apunta el portavoz de APECC, que confía en que la actividad se mantengan al alza durante muchos meses y poder hablar de recuperación.