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La industria azulejera española, concentrada en el clúster de Castellón, muestra una comportamiento sobresaliente en la época de la pandemia, según refleja el Informe sectorial sobre la industria cerámica 2021 elaborado por la empresa consultora Deloitte y presentado en València.
La conclusión se basa en el incremento del 2,3% en el sector y la mejora de las exportaciones. Además, destacan que el 2019 también cerró en números positivos, y con una ratio de endeudamiento favorable, que les ha permitido superar las dificultades del covid con un escaso estrés financiero.
En particular, como ha asegurado Juan Corberá, socio director de Deloitte en la Comunidad Valenciana y Región de Murcia, “cabe resaltar la progresión de la industria cerámica española en mercados estratégicos como EE.UU. (+18% en 2020), así como en Alemania (+20%) o Francia (+5%), regiones europeas, estas últimas, de alto valor y donde históricamente se arrastra una menor presencia comercial en comparación con Italia”.
Por un lado, hay que recordar que la política de antidumping de EE.UU. con China, y el desbloqueo comercial al azulejo español en Arabia Saudí han supuesto un estímulo extra para el crecimiento del azulejo en 2020 que previsiblemente ya se normalizará en los años siguientes.
Por otro lado, aunque el sector de la construcción continúa saneado y mantiene las perspectivas positivas a largo plazo, la sensible ralentización del pipeline de obra nueva sufrida en los meses iniciales de la pandemia en España y Europa podría reflejarse en una cierta ralentización del crecimiento del sector azulejero en 18-24 meses si los plazos de las obras no se reajustan para cumplir con las previsiones de finalización precovid.
Asimismo, Vasallo ha manifestado que la diferencia de precios con Italia, próximo a 5 euros si se elimina el efecto del mix geográfico y de producto, debe suponer un incentivo para la industria azulejera de cara a fortalecer la marca-país, apostar por estrategias comerciales de diferenciación, racionalizar la innovación y orientar los planes de negocio hacia una visión de generación de caja y creación de valor”.
El elevado coste de los derechos de CO2, actualmente en máximos, supone un reto para mantener la rentabilidad del sector y lograr competir en igualdad de condiciones con otros polos productores no europeos que no cuentan con estas importantes restricciones operativas. Asimismo, el coste del transporte marítimo, que se ha incrementado más de un 150% en la pandemia, supone otro importante freno para un producto que, de partida, cuenta con restricciones naturales su exportación a grandes distancias.
Salvo que se adopten reformas regulatorias para atenuar o compensar la tendencia alcista de los derechos de CO2 o que la normalización de la economía revierta la presión de costes en la cadena logística, estas circunstancias obligarán a la industria a buscar nuevas vías para crear valor, ser más eficientes y amortiguar dichos efectos en su cuenta de resultados.
En este sentido, Alfredo Vasallo, ha recordado que “el 75% del Ebitda (beneficios antes de impuestos) de la industria azulejera continúa en manos familiares y que los inversores financieros presentes en el sector ya vislumbran la necesidad de desinvertir y materializar su inversión”. Estos dos elementos, sin duda, reactivarán la dinámica de M&A a corto plazo, “aunque previsiblemente con otro ángulo al conocido hasta ahora, no siendo descartable grandes operaciones entre grupos, operaciones cross-border o, incluso, alguna salida a bolsa”, ha asegurado.
El estudio presentado ha sido realizado por el equipo especializado en el sector cerámico de Deloitte en la Comunidad Valenciana, que cuenta con una consolidada posición de liderazgo habiendo prestado múltiples servicios a los principales grupos del sector y participado en el 70% de las operaciones corporativas más significativas acontecidas en esta industria en los últimos años.