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El sector cerámico logrará mantener el crecimiento en producción y ventas

13.12.2018 13:22

La teoría de los vasos medio llenos o medio vacíos sirve para analizar el 2018 de la industria cerámica de Castellón. El año que se acaba no será recordado por unos niveles de crecimiento muy elevados, pero sí sirve para evidenciar la fortaleza de un sector que, gracias en buena medida a la exportación, es capaz de aumentar sus ventas aún cuando el crecimiento económico muestra síntomas de agotamiento en España.

En este sentido, el 2018 es el año del aterrizaje después de la euforia poscrisis. En los últimos cinco años, el crecimiento medio del sector se había situado entre un mínimo del 4% y un máximo del 7%, mientras que este año llegará como máximo al 1,5% . Los motivos cabe buscarlos en la ralentización económica que ha marcado la mayor parte del ejercicio para las empresas, pues el presidente de Ascer, Vicente Nomdedeu, aseguró ayer que notan un crecimiento menor «desde hace ocho meses».

De más a menos

De esta forma, la inercia acumulada del 2017 permitió iniciar el año actual con unos números muy buenos que comenzaron a moderarse en el segundo trimestre y que han ido a menos de forma clara tras el verano. La prueba de ello es que una veintena de firmas han realizado ajustes de empleo temporales para capear la caída de ventas. Asimismo, el vicepresidente de Ascer, Francisco Ramos, aseguró que la ralentización «se notará en las cuentas de resultados de las compañías», y que solo el aumento de la productividad y la innovación evitan unos males mayores.

Convenio colectivo

Más allá de los beneficios, 2018 también ha estado marcado por la larga negociación -y posterior firma- de un convenio colectivo que dota de estabilidad a las empresas del sector durante los próximos tres años y que garantiza una subida de sueldo del 2,5% anual a los 16.000 trabajadores.

Año de concentración

Otra de las evidencias que deja el presente ejercicio es que el sector azulejero vive inmerso en un profundo proceso de concentración que ya se inició en años anteriores pero que ha tomado impulso con operaciones tan importantes como la adquisición de Saloni por parte de la británica Victoria (casi 100 millones) o la de Quimicer por la multinacional Ferro. La mayoría en el sector piensa que se trata de operaciones positivas, en el sentido de que las empresas medianas lo tienen cada día más difícil para competir.