MADRID. La Asociación que representa a la distribución profesional de materiales para la construcción, fontanería y climatización (Andimac) advierte de que «el envejecimiento acelerado de los oficios y maestros en la actividad constructora en España merma la productividad del sector y agrava el absentismo».
Una advertencia formulada tras conocerse los datos del último Observatorio Inmobiliario de BBVA Research, La escasez de mano de obra en el sector de la construcción, según el cual más del 55% de los trabajadores en la construcción supera los 45 años, 5,2 puntos porcentuales más que la media. Una advertencia que ya venía realizando la organización en estudios como el Observatorio 360º, donde en 2024 ya apuntaba un creciente «techo de cristal» en la potencialidad del mercado por falta de capacidad de instalación.
Para Andimac, las consecuencias de un envejecimiento laboral que supera al del conjunto del mercado laboral español implican una pérdida potencialidad del mercado y acarrean más tensión en los precios tanto del servicio de la instalación como de los materiales para compensar el creciente coste de la mano de obra. De hecho, el gráfico del observatorio de reforma de GFK-Nielsen para Andimac, iniciado en 2024, muestra un creciente gap entre intención de hacer mejoras en la vivienda y la ejecución de las mismas.
Pero, principalmente, empeoran el absentismo y la productividad laboral dado el componente físico de gran parte de las actividades. Así, en 2018 el 28,8% del empleo en construcción era mayor de 50 años, y en 2024 ascendió al 37,1%, llegando al 70% si fijamos el umbral en mayores de 40 años.
No obstante, desde 2022 se aprecia una ligera tendencia al rejuvenecimiento de las plantillas que podría estar vinculada a la intensa llegada de población inmigrante, por lo que existen razones para cierto optimismo, máxime teniendo en cuenta que la paulatina transformación tecnológica del sector podría ser un acicate para la contratación de jóvenes. De hecho, mientras que en 2018 los trabajadores en construcción menores de 30 años representaban el 8,8%, en 2024 el porcentaje ascendía hasta el 10,3%.
Según Andimac, una de las claves para aliviar la escasez de plantillas cualificadas pasaría por crear alianzas con centros de Formación Profesional, de tal manera que puedan integrar en la cadena de valor modelos de crecimiento profesional a través de microcompetencias adquiridas por los nuevos profesionales del sector. Estos profesionales, mayoritariamente inmigrantes, no pueden cursar los ciclos formativos convencionales -ya de por sí infrautilizados-, por lo que reforzar el crecimiento profesional de los futuros trabajadores tiene enormes implicaciones positivas para todos los intervinientes en la cadena de valor.
En este sentido, Andimac ha lanzado recientemente un programa piloto de prácticas profesionales dirigido a empresas del sector de la construcción con el objetivo de facilitar la integración práctica de alumnos desempleados que hubieran completado ya una formación especializada en competencias comerciales clave para el sector. Una manera de conectar a las empresas con alumnos en formación dirigida a profesionales de la construcción, fontanería y climatización, subsectores todos ellos afectados por la falta de mano de obra cualificada.
Sin embargo, la patronal asegura que crear un marco de desarrollo profesional es un asunto que concierne a todos. Y de ahí la importancia de construir un ecosistema de cadena de valor que trascienda los intereses individuales, ya que no es un problema que se solucionará con modelos unilaterales, sino construyendo un sistema de valor profesional y social. A juicio de Andimac, esto requiere un acuerdo claro entre agentes clave como son la industria y la distribución para impulsar el desarrollo de oficios en la base de la demanda de constructoras instaladoras, puesto que, como sostienen, «sin cantera, no hay progreso».
Otras ideas importantes para el sector ante la falta de mano de obra pasan «por optimizar el inventario y la logística para reducir tiempos de suministro; crear herramientas digitales como palancas competitivas para que los profesionales puedan consultar el tiempo estimado de una instalación, su vida útil, el rendimiento energético o térmico y, finalmente, el ahorro en consumo de agua o energía; y, en tercer lugar, ofrecer productos con alta eficiencia para compensar el auge costes laborales».
En opinión de Andimac, «todo ello replantea ampliar el rol de servicio no sólo a proveedor de soluciones, sino a optimizado de tiempos para los constructores e instaladores». Finalmente, Andimac recuerda que la construcción sufre un déficit de profesionales de 700.000 trabajadores, que según la patronal CNC son los que necesita la actividad constructora para asumir tanto los compromisos de España en materia de vivienda como de infraestructuras recogidos en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia.