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Colocación y Reformas

«Los albañiles ganábamos antes 4.000 euros y ahora 1.200»

El oficio de albañil se enfrenta a una crisis sin precedentes en España: escasez de personal, sueldos bajos y una juventud que ya no se interesa por la construcción

25.07.2025 15:11

MADRID. Durante décadas, la construcción ha sido uno de los grandes motores económicos y laborales en España. Oficios como el de albañil no solo ofrecían estabilidad, sino que también suponían ingresos suficientes como para sacar adelante a familias enteras. Sin embargo, en pleno 2025, el sector vive una de sus mayores crisis: faltan viviendas por construir, pero también manos que las levanten.

El problema va más allá del ladrillo: hay escasez de trabajadores cualificados. El relevo generacional está ausente, los sueldos son bajos y las condiciones físicas del trabajo disuaden a las nuevas generaciones. Lo que antaño era una profesión respetada, hoy está marcada por la precariedad.

Así lo denuncia Pascual, jefe de obra e hijo de albañil, en una reciente entrevista realizada por el influencer Adrián G. Martín. Con décadas de experiencia a sus espaldas, Pascual no se guarda nada: “Nuestro trabajo se ha devaluado. Parece que solo servimos para hacer el trabajo sucio, pero sin nosotros nadie tendría casa”.

La entrevista, que se ha hecho viral en redes, recoge declaraciones crudas pero reveladoras. “Pasas frío, calor, te dejas la espalda... Al final, todos acabamos hechos polvo”, explica Pascual mientras recorre su lugar de trabajo. Mover entre 50 y 100 sacos diarios de 25 kilos, lidiar con herramientas peligrosas como radiales o trabajar en altura son parte de su rutina.

Uno de los factores que más desalienta a los jóvenes a entrar en el sector es la remuneración. Los sueldos ya no compensan el esfuerzo físico ni el riesgo. “Antes de la crisis, un albañil podía ganar 3.000 o 4.000 euros al mes. Ahora, con suerte, te pagan 1.200”, afirma Pascual. Un oficial de primera puede llegar a 1.600 euros mensuales, y un encargado, 1.800. Todo ello mientras, por ejemplo, un mecánico cobra 34 a 40 euros por hora.

Una profesión que exige mucho y ofrece poco

La dureza del trabajo físico y la percepción social son otras de las causas del desapego juvenil. Pascual lo resume con claridad: “Estás todo el día agachado, levantando peso. Al llegar a casa, te duelen las rodillas, la espalda... Y encima te pagan mal”.

El peligro también está presente: “Si no sabes lo que haces, te juegas la vida. Este es un trabajo muy peligroso”, señala. A pesar de las mejoras en seguridad, el riesgo diario sigue siendo elevado.

La formación en el oficio es otro obstáculo. “Antes trabajabas de peón casi gratis para aprender. Ahora nadie quiere hacer ese esfuerzo. Los chavales quieren empezar cobrando como oficiales, pero no saben poner un ladrillo”, denuncia Pascual.

Además, las empresas no pueden permitirse contratar aprendices. “No rinden, y los costes son muy altos. Así, el sector se muere”, asegura el veterano albañil.

Como si todo esto fuera poco, el coste de materiales también se ha disparado. “Una teja costaba 49 céntimos; ahora más de un euro. El cemento, el hierro... todo ha subido”, detalla Pascual. Y eso sin contar que adquirir un solar puede superar los 200.000 euros.

Un sector sostenido por inmigrantes

La última Encuesta de Población Activa (EPA) muestra que en el primer trimestre de 2025 hubo un crecimiento del 4,3% en el número de trabajadores en construcción. Pero del total de nuevos activos, el 97% eran extranjeros. Solo 3.500 eran españoles. La tendencia es clara: la construcción en España se mantiene gracias a la mano de obra extranjera.

Damián, otro encargado de obra entrevistado por @marc.esquerrer, lo resume así: “Estamos cubiertos porque viene gente de fuera. Pero sería interesante que hubiera más españoles trabajando en la construcción”.

¿La solución? Revalorizar el oficio, mejorar las condiciones, formar nuevos profesionales y ofrecer salarios acordes al esfuerzo y riesgo. Porque, como bien dice Pascual, “sin nosotros, nadie tendría casa”.

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