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Obituario | Fallece Pepe Beltrán, periodista y maestro de periodistas

Natural de Almassora y referencia en el periodismo castellonense durante décadas, ha muerto víctima de un cáncer a los 59 años

29.05.2025 08:04

Pepe Beltrán Lamaza ha fallecido a los 59 años, víctima de un cáncer. Periodista y maestro de periodistas, ejerció el oficio durante cuatro décadas en diferentes medios de la provincia de Castellón, convirtiéndose en referencia informativa.

Máster en Comunicación y Periodismo por la Universitat de València, Pepe Beltrán comenzó su trayectoria profesional en la sección de Deportes de la Cope. Pronto cambió la radio, donde también colaboró con Onda Cero, por la prensa escrita, primero en Castellón Diario y después en Levante de Castelló.

Formó parte de la redacción fundadora de la delegación de Levante-EMV en la provincia de Castellón en 1991 y allí desarrolló la mayoría de su carrera: fue jefe de Deportes, jefe de Local, redactor jefe y delegado. En 2019, se incorporó a Mediterráneo en calidad de redactor jefe.

En Levante y en Mediterráneo, cabeceras de Prensa Ibérica, cuidó con especial mimo Las Cuarenta, su celebrada columna futbolística. En sus artículos de opinión, Pepe Beltrán cultivó un estilo único, apoyándose en una mirada genuina y en una apabullante riqueza expresiva para ir más allá del simple juego. Portó con elegancia la bufanda del CD Castellón hasta el final de sus días. Fue capaz de instruir con precisión sobre las cuentas de un club de fútbol y a la vez explicar la irracional rutina del hincha. Coloreó un universo personal mezclando el fútbol con otras pasiones. A saber: la Segunda Guerra Mundial, la música clásica, la Historia, el cine en mayúsculas o la gastronomía, més fartó que sibarita. Pepe ha sido el columnista de Castellón más lector y más leído. Consiguió lo que todos aspiran: cualquiera sabía que una pieza era suya sin necesidad de firma.

Ilustre de Almassora

Natural y vecino de Almassora, Pepe Beltrán era por encima de cualquier otra cosa el fill del Blanco y de Carmen. El hermano de Carlos y el orgulloso tío de María y Ester. Querido y respetado en la calle y en las alturas, pronto sus inquietudes lo convirtieron en una figura representativa de la cultura, las tradiciones y la vida social del municipio. Con un pie en El Mullatori y otro en El Perico, supo como pocos combinar el trabajo con lo importante de la vida.

Antes de orientar su vida profesional hacia el periodismo, Pepe Beltrán cursó estudios de Magisterio. A buen seguro, influido por Paco Mariscal, que en edad escolar sembró en su pupilo el interés por la lengua y la literatura. A lo largo de su vida, Pepe Beltrán publicó varios textos literarios en diferentes obras colectivas, del género policiaco al futbolístico. En los últimos meses, estaba trabajando en la biografía del exfutbolista Juan Bautista Planelles, tan amigo como ídolo. Que la obra llegue a publicarse sería un acto de justicia.

Pepe Beltrán, durante el 25 aniversario de Levante de Castelló. / Levante-EMV

Pepe Beltrán no impartió clases en las aulas, pero lo hizo cada día en la redacción del periódico. Con una generosidad inaudita, descubrió, apadrinó y educó a numerosos periodistas. Era un maestro exigente y creativo: protegía, enseñaba y no imponía. A veces, hasta permitía que el alumno se equivocara, y así aprendíamos. Reivindicaba a los veteranos del oficio y subrayaba la importancia del honor, la agenda y los códigos. En el interior de esa coraza de gruñón escondía un sentimental de época. Siempre nos profesó cariño, incluso cuando no lo merecimos.

Con su muerte, nos deja huérfanos. Se marcha un mentor y un amigo. Se marcha una era del periodismo. Porque si pienso en Pepe, como pienso ahora, pienso en su figura recortada en la penumbra del despacho al caer la tarde y en esa media sonrisa propia del Walter Matthau de Primera plana. Pienso en la entereza hierática de su semblante junto a la barra, fuera a la hora que fuera, en las oficinas de urgencia de Spoonful y Waticano. Si pienso en Pepe, y pensaré mucho a partir de ahora, pienso en un gigante con un corazón enorme, que lo hizo siempre todo como hay que hacerlo: valiente, a su manera.

Descansa en paz.

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