Desconectar
Diseño

El Festival de Arquitectura Urbana instala una gran batea en una plaza española

Inspirado en la tradición pesquera local, el proyecto ganador de TAC! se enmarca en la reflexión propuesta para esta tercera edición: la regeneración de los centros urbanos desde lo local, la pequeña escala y la sostenibilidad

13.06.2024 16:32

El Ministerio de Vivienda y Agenda Urbana (MIVAU) en colaboración con la Fundación Arquia, el Concello de Vigo y con el apoyo del Colegio Oficial de Arquitectos de Galicia han presentado este jueves la tercera edición de TAC! Festival de Arquitectura Urbana.

El festival, que conecta talento joven, experimentación y espacio público, arranca con la inauguración del pabellón temporal ¡Qué faena(r)!, de los arquitectos Óscar Cruz y Pablo Paradinas, y podrá disfrutarse hasta el 14 de julio en la Puerta del Sol de Vigo, la primera de las dos sedes de la cita.

Con la reflexión en torno a la regeneración de los centros urbanos como hilo conductor de la nueva edición de TAC!, ¡Qué faena(r)! implica en su construcción a artesanos e industrias sostenibles de la propia localidad. El proyecto, seleccionado en una convocatoria pública que esta edición recibió una cifra récord de 127 propuestas, propone un encuentro entre naturaleza y artificio, tradición y mediación a través de la estructura de la batea —plataforma de madera que se coloca en el mar para la cría y cultivo de marisco, una de las ‘faenas’ más vinculadas a la economía local de la región— a la que suma una cubierta en forma de red que alude al sistema de pesca tradicional como reclamo y cobijo de actividades.

Iñaqui Carnicero, Secretario General de Agenda Urbana, Vivienda y Arquitectura e impulsor del festival, ha destacado en la inauguración que “a través de iniciativas como TAC, desde el Ministerio apoyamos el trabajo de los jóvenes arquitectos, dando así oportunidad a nuevos talentos a construir una de sus primeras obras, permitiendo al mismo tiempo comunicar los valores de la arquitectura a la sociedad y poner en valor de nuestro espacio público”.

Para ello, ha añadido que “nos hemos alineado todas las instituciones y administraciones competentes para promover a través de este pabellón temporal arquitecturas innovadoras y sostenibles con una gran capacidad de impacto en la sociedad y para dar respuestas creativas e innovadoras frente a los retos y desafíos actuales”.

En su intervención, también ha anunciado la apertura de la convocatoria Ciudad TAC! para albergar la cuarta edición del festival, un concurso abierto en el que pueden participar municipios urbanos y arquitectos de toda España que se publicará a principios del mes de julio.Por su parte, Sol Candela, directora de la Fundación Arquia, ha indicado que TAC! supone “una oportunidad para reflexionar sobre el presente y el futuro de la arquitectura que nos anima a seguir construyendo ciudades en las que los ciudadanos puedan vivir y relacionarse mejor y valorar el espacio urbano”. Además, ha comentado que para afrontar los retos actuales de la arquitectura es “muy importante contar con la arquitectura joven e impulsar su talento para devolver ese espacio a la ciudadanía».

En palabras del alcalde de Vigo, Abel Caballero, “la arquitectura es capaz de generar calidad de vida a través del lugar en el que vivimos”.

Repensar el espacio público desde la proximidad

Tras dos ediciones en las ciudades de Granada, Valencia y San Sebastián, TAC! convertirá hasta el 14 de julio la céntrica Porta do Sol de Vigo, considerada el kilómetro cero de la ciudad, en punto de encuentro para la ciudadanía a través de diferentes actividades y propuestas. El festival extenderá su reflexión a la ciudad de San Fernando (Cádiz) del 23 de septiembre hasta el 14 de octubre con la construcción del segundo pabellón temporal ganador de la edición: La Sal, de José Rodríguez y Carlos Montes González.

Inspiradas por el patrimonio histórico y cultural de ambas regiones y por su interés patrimonial e identitario, ambas propuestas llevan a lugares centrales de la ciudad la reflexión en torno a las transformaciones del territorio y lo urbano, así como la transformación de estos a través de elementos relacionados con su economía tradicional.Una apuesta por un cambio en la arquitectura hacia las construcciones a pequeña escala, la proximidad y la generación de entornos domésticos para la comunidad que se integren en el urbanismo existente y respondan a los problemas climáticos. Así, la edición TAC! 2024 brinda una mayor atención a la creación de entornos sostenibles en el ámbito local, así como al fomento de iniciativas que fortalezcan los lazos comunitarios y mejoren la vida diaria de los ciudadanos.

$!Los arquitectos Óscar Cruz García y Pablo Paradinas Sastre han presentado hoy en la Porta do Sol de Vigo el pabellón temporal ¡Qué faena(r)!.

La tradición local como motor para las nuevas prácticas arquitectónicas

Tal y como explica Javier Peña, director artístico del festival, ¡Que faena(r)!, de los arquitectos madrileños Óscar Cruz García y Pablo Paradinas Sastre, «demuestra la capacidad de la arquitectura para conectar territorios, personas y prácticas a través de una propuesta que reivindica los oficios y la tradición local de una forma contemporánea». En este sentido, añade, «los jóvenes arquitectos han podido trabajar en contacto directo con muchos oficios y profesiones».

Entendiendo ‘faenar’ como ‘cosa que se ha de hacer’, el propio nombre del pabellón habla de su funcionalidad: consiste en una estructura que representa una batea y su uso como plataforma en el mar para la cría y cultivo de marisco, una de las labores o faenas más comunes de la ciudad de Vigo. Junto a ello, una cubierta que alude al sistema de pesca tradicional.Por otro lado, el espacio reservado bajo la batea comprende un rectángulo con un bloque de granito rosado; un fragmento natural de la historia geológica y recordatorio del diálogo eterno entre la tierra y el mar, entre la gravedad y el viento.

Destacado por el jurado del festival por ser “un proyecto de calidad arquitectónica que permite la versatilidad de usos del espacio, además de estar fundamentado en los principios de la economía circular, proximidad y en el uso de materiales sostenibles de mínimo impacto con el objetivo de reducir la huella ecológica”, ¡Qué faena(r)! parte de la reutilización de materiales considerados residuos y cuenta con la implicación de productores locales. Redes de pesca, «bombos» oxidados, madera recuperada de batea y bloques de granito gozan de una «segunda oportunidad» tras ver cumplida su misión en el mar.De esta manera, el equipo de carpintería Fran Millán y Frouma Atlantic Wood, empresa especializada en la fabricación de muebles sostenibles con madera de batea, han sido los encargados de construir la plataforma con madera proveniente de las propias bateas. Una colaboración entre artesanos y arquitectos a la que se unen la diseñadora gallega Amalia Puga, junto a la asociación de Redeiras “Atalaia” de A Guarda (mujeres dedicadas a la confección y reparación de redes de pesca), encargadas de la elaboración de la cubierta de redes del pabellón.

Además, para promover una arquitectura de proximidad y sostenible, una vez terminado el festival, ¡Que faena(r)! pretende trasladar el pabellón a Praia do Cocho a modo de plataforma recreativa con el fin de alargar su vida útil, así como llevar a cabo la recirculación de sus materiales para contribuir al reciclaje de los utensilios de pesca muchas veces abandonados en el fondo marino.

En palabras de los creadores, ¡Que faena(r)!, “estudia lo vernáculo proveniente de la tradición aplicada a un territorio que se creía consolidado” y, por otro lado, “establece un diálogo con las nuevas prácticas arquitectónicas como principal motor de cambio en un espacio público con unos nuevos condicionantes topográficos, climáticos, sociales, económicos, demográficos y productivos”. Igualmente, “la propuesta propone despojar de su connotación negativa el término faena(r) resignificando lo no visible y de construir relaciones entre o Mar de fora (territorio) y o Mar de dentro (urbano), a partir de la naturaleza y su artificio, explorando las limitaciones del medio como lenguaje y su relación con la memoria y con el mensaje optimista de la realidad.