Blindaje para el parador del Saler, un exclusivo cinco estrellas joya de la corona de la empresa estatal Paradores de España, que acaba de quedar dentro del nuevo deslinde propuesto por el Ministerio de Transición Ecológica. A diferencia de lo que ha ocurrido con el vecino hotel Sidi, cuya ruina avanza tras quedar dentro del deslinde de Costas de 2007 tras pasar a manos del Estado y negarse el anterior gobierno progresista a conceder licencia para su rehabilitación, el Parador no corre peligro. Fuentes de Costas explican que la situación jurídica del parador, que durante décadas estuvo en situación irregular de fuera de ordenación urbanística, no se modifica con su inclusión en la zona de deslinde.
El parador, con medio centenar de habitaciones, suites con vistas privilegiadas al mar y una playa casi de uso exclusivo a la que solo se puede acceder a pie, seguirá formando parte de los bienes patrimoniales del Estado y se descarta la figura de la concesión. “No cabe la concesión si no la de afectación concurrente por un plazo, en principio, de 30 años prorrogables a 30 más”. El edificio quedará así afectado también a la tutela del Ministerio de Medio Ambiente. Hay un ejemplo similar que sirve de precedente el Parador de El Hierro donde la Abogacía del Estado ya ha dicho que se rige por este sistema.
El parador del Saler, construido en 1923, y cedido en los años 60 por el Ayuntamiento de València al Estado, fue objeto de una remodelación integral en 2007 que permitió mejorar su integración paisajística, rebajando volumetría (pasó de tres a dos alturas) y regularizando así su situación de fuera de ordenación en el plan general de ordenación urbana (PGOU) de València. El parador fue objeto no solo de una reforma integral del edificio principal a base de piedra natural, madera y muros pantalla de cristal, también se remodeló todo el paisaje exterior recuperando los volúmenes y vegetación del cordón dunar. El edificio, que incluye una zona de «spá» en el sótano, queda semioculto entre dunas.
En el proyecto se mantuvo el campo de golf y el de fútbol (lugar de concentración de la Selección Española de Fútbol) y gran reclamo del parador pero a la vez dos de las grandes anomalías del Parque Natural de la Devesa-Albufera denunciadas por colectivos ecologistas, urbanistas y vecinos, que desde hace años reclaman la eliminación de toda la obra dura del parque y la recuperación del cordón dunar para completar la recuperación de este espacio natural que se salvó de los planes de urbanización desarrollistas por la presión social y la movilización ciudadana.
El del Saler es el tercer parador cinco estrellas más importante de la red nacional (el primero es el de Santiago de Compostela). Al tirón del parador ha contribuido sin duda la reforma que se llevó a cabo en 2007, que redujo considerablemente el impacto de la mole de hormigón en el paisaje. La duna del Saler alcanza su punto más elevado en el Parador, cuyos responsables señalan el compromiso del establecimiento con la sostenibilidad. El hotel no tiene alcantarillado, cuenta con una depuradora propia en la que se recicla toda el agua que se utiliza para regar el campo de golf. Los paneles fotovoltaicos proporcionan además energía al edificio que es prácticamente autosuficiente
En esta línea, los propietarios (Divarian y Coral Home) del hotel Sidi, emblema en su día del lujo durante años, y cerrado desde 2009, presentaron en 2019 un proyecto de reconstrucción del edificio para convertirlo en un hotel bioclimático que mejoraba su integración en el paisaje a base de cubiertas vegetales, fachadas ventiladas y celosías de madera, y que fue rechazado por el anterior gobierno progresista de Joan Ribó, cuyo objetivo era el derribo del edificio y la regeneración del cordón dunar. Los promotores preveían una inversión de 6,5 millones de euros, frente a los cuatro millones de euros, que según estimaban costaría el derribo.
Con la concesión de Costas al hotel en suspenso, la sentencia del pasado mes de febrero del juzgado de lo contencioso número 9 de València que desestimó el recurso de los propietarios del Sidi contra la denegación de la licencia de obras para reformar el ya ruinoso hotel (contra la que cabe recurso) deja pocas opciones para la reapertura anunciada por la alcaldesa, Mª José Catalá. nproponía el uso de energías renovables, la incorporación de sistemas de ahorro energéticos, como paneles solares y fachadas ventiladas, así como revestimientos de madera y celosías en fachadas.