La situación por la que pasa el sector cerámico tiene una derivada en el empleo. El presidente de Ascer, Vicente Nomdedeu advirtió de que los ERTE «eran una medida coyuntural», pero la situación financiera de muchas empresas del sector está al límite. Hay riesgo de que los ERTE «se conviertan en ERE, porque la tesorería de las empresas no puede mantener todos los puestos de trabajo», mencionó. Algo que, incidió, derivará en un fenómeno «que afectará a la sociedad y las empresas».
Nomdedeu señaló que ya hay «400 puestos de trabajo destruidos hasta octubre, y faltan los datos de noviembre y diciembre, cuando se sigue destruyendo el empleo». Además, detalló que entre las empresas asociadas a Ascer hay 71 ERTE presentados, que afectan a 8.418 personas.
A estos números hay que añadir empresas relacionadas como atomizadoras o esmalteras, por lo que los datos más recientes aportados desde Empleo de la Generalitat ascienden a más de 11.000 personas. «Aunque no sabemos cuántos de estos ERTE son efectivos, sí sabemos que cada trabajador incluido sufre una caída en su salario», dijo, ya que los días que cobran prestación por un paro temporal sus ingresos se quedan solo en el 70% del salario base.
Récord amargo
El cierre del 2022 traerá un récord muy amargo: una facturación de 5.700 millones de euros, según los datos proporcionados desde Ascer. Algo nunca visto en la historia, y que supone un incremento de un 17% respecto al 2021. De estas ventas, 4.300 corresponden a las exportaciones, también con una mejora del 17%, mientras que las ventas dentro del mercado nacional ascenderán a 1.400 millones (+18%).
Serían unos porcentajes de ensueño para cualquier sector productivo, de no ser porque esta mejora de los ingresos se debe a que, desde finales del pasado año, los fabricantes de azulejos han tenido que aumentar sus precios para hacer frente a la subida de las materias primas y la energía. Un incremento que, además, es inferior a los costes. Por tanto, se resienten los márgenes de explotación y las empresas estiman que acabarán el presente año con pérdidas.
Los números al alza de la facturación quedan desenmascarados con el dato de producción. El 2022 acabará con un retroceso mínimo del 15%, y se quedará en unos 500 millones de metros cuadrados. El presidente de Ascer comentó que este ejercicio supondrá «el primer año en el que la caída de la producción sea tan importante» desde el 2012, periodo que estuvo marcado por el crack del ladrillo de principios de siglo. Solo hubo otro bajón en el 2020, por las múltiples restricciones del covid.
De hecho enero a octubre, según el Índice de Producción de Industrial, esta caída ya era del 14%, y no hay indicios de que los dos últimos meses del año haya una recuperación. Las señales negativas también se aprecian con las exportaciones. El volumen colocado al exterior retrocederá un 11%, aunque la horquilla podría llegar a ser de hasta el 14%, con 440 millones de metros cuadrados.