VILA-REAL. La cerámica española puede presumir de sus aportaciones al sector a nivel global, pero debe avanzar en el ritmo de las innovaciones para competir con garantías frente a la presión internacional. El CEO de Kerajet, José Vicente Tomás, mencionó que el mundo «cambia rápidamente, con China que monta fábricas en todo el mundo; y si no somos capaces de reaccionar, lo vamos a pasar mal». La receta expuesta en la mesa, moderada por el editor de El Periódico del Azulejo, Javier Cabrerizo, es «ser competitivos», y para ello se necesita el apoyo de las instituciones europeas.
Vicent Aparici es el fundador de Systemfoc, empresa que innovó con el horno eléctrico de la fábrica de Equipe. Una herramienta «que permite hacer pedidos más pequeños, personalizados y con mayor valor añadido». Destacó que el horno eléctrico «es más fácil de controlar que uno de gas, es totalmente intuitivo y una inteligencia artificial lo puede detectar y resolver». Sobre la competencia asiática, recordó cómo en el año 2000 «parecía que nos iban a inundar, pero nosotros vendemos más a ellos que ellos a nosotros». Aunque copien, «siempre que lo hagan es porque van detrás», incluso si sus procesos se desarrollan a mayor velocidad.
Desde Macer, José Antonio Pérez incidió en «la rápida evolución de la cerámica, de modo que hemos instalado una prensa de hasta 4,2 metros, pero sin olvidar que la cerámica es moda, y los arquitectos tienden a piezas muy grandes y muy pequeñas», por lo que el formato mediano es el que tiene más dificultad para aportar valor añadido. Cree que en breve «seremos capaces de reducir costes y aprovechar sinergias», y sobre la competencia puso el ejemplo de una partida de ajedrez: »El rival también se puede equivocar».
Sobre la digitalización, habló de la inteligencia artificial, que puede ser «una herramienta más en tema de diseño y procesos más mecanizados, pero hay que revisarlos por humanos».
El responsable de Ingeniería en Chumillas, Miguel Álvarez, fue preguntado por la aplicación de la ingeniería en el sector, «que permite instalar y controlar plantas en lugares donde no puedes ir». Preguntado sobre el gemelo digital, apuntó que «debe ser una herramienta que dé datos a tiempo real y permita analizar», de forma que pueda reducirse el stock de forma predictiva o analizar el coste de energía por tonelada fabricada.