La inflación atasca la negociación del convenio de la cerámica
La patronal habla de posturas que están «muy alejadas» entre empresas y sindicatos
- Un momento de la última reunión negociadora mantenida por los representantes de las empresas cerámicas y los sindicatos, que tuvo lugar en mayo.
Han pasado más de seis meses desde que comenzara 2022 y los 17.180 trabajadores directos del sector cerámico carecen de un convenio colectivo vigente para este año, mientras la escalada de la inflación, agobia sobremanera a empresas y empleados.
Esta es la clave. El Índice de Precios al Consumo (IPC), completamente desbocado y creciendo en vez de bajar, mantiene bloqueada la negociación entre patronal y sindicatos y, lo que es peor, sin expectativas de desbloqueo ni siquiera para septiembre, una vez pase el inhábil mes de agosto.
De momento, la última reunión entre ambas partes se celebró en mayo, sin resultados, mientras que se intenta ahora fijar otra cita antes de que termine julio.
En lo que se refiere a las expectativas, Ascer, la organización que agrupa a las firmas azulejeras, señaló ayer, después de la celebración de su asamblea general, que las posturas «están en estos momentos muy alejadas, siendo el principal escollo la pretensión sindical de aumentos salariales que estén ligados al IPC».
«Nuestra voluntad es lograr un acuerdo satisfactorio para ambas partes y que aporte estabilidad en este importante capítulo de gasto en nuestras empresas», aseguró su presidente, Vicente Nomdedeu.
Del lado de UGT, Vicente Chiva explicó ayer que, mientras que la patronal no quiere ligar la subida salarial a un IPC que está descontrolado, los sindicatos, precisamente por esta realidad, quieren proteger el poder adquisitivo de los trabajadores, que ya perdieron 3,5 puntos el pasado 2021.
La conclusión es que las visiones de patronal y representantes de la plantilla se presentan como irreconciliables, en un contexto en el que el malestar crece entre unos empleados que ven como sube el coste de la cesta de la compra, la electricidad y todos los bienes y servicios mientras sus salarios no se mueven. Por su parte, las empresas se ven obligadas a afrontar precios desorbitados por energía y materias primas, que presionan al alza sus tarifas, en una evolución que los mercados comienzan a rechazar.
Desde CCOO, su secretario general en Castellón, Albert Fernández, recordó ayer la reciente concentración en la que han pedido a todas las patronales que mantengan el poder adquisitivo de sus trabajadores y acepten incluir en la negociación cláusulas de revisión salarial, algo que, por ahora, no tiene visos de ocurrir.
Esta situación se produce cuando la vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño propuso el pasado jueves a los agentes sociales un pacto de rentas que modere los beneficios de las empresas y los sueldos de las plantillas. Chiva apuntó que «habrá que esperar a ver qué ocurre con esta propuesta».
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